Josep Maria Bartomeu debe gestionar la sucesión de Luis Enrique como entrenador del FC Barcelona. Y tiene un dilema. Delegar el tema en Robert Fernández, director deportivo, y Albert Soler, ejecutivo responsable de la parcela deportiva, o atender, directamente, los deseos de Leo Messi, el gran icono del club cuya relación con el técnico asturiano siempre estuvo bajo sospecha.
La elección del nuevo técnico ocupa, aunque no preocupa, a Bartomeu. Al presidente le inquieta mucho más la renovación de Messi, el futbolista sobre el que gravita todo el juego del equipo y que facilita muchos patrocinios por su poder de atracción.
Messi, según ha podido saber Metrópoli Abierta, ha pedido un aumento salarial (quiere ganar unos 22 millones netos por temporada), pero su continuidad en el Camp Nou no depende únicamente de cuestiones meramente económicas. Su padre, Jorge Messi, está convencido de que el club le ofrecerá un contrato de larga duración, pero al delantero le preocupa mucho más el nuevo proyecto deportivo.
La relación actual entre Messi y Luis Enrique es distante. El crack argentino no se encuentra cómodo con el técnico asturiano, con quien tuvo varios encontronazos durante la temporada 2014-15, por sus estrictos métodos de trabajo.
NUEVO ESCENARIO
La renuncia de Luis Enrique abre un nuevo escenario para Messi. Su entorno ya ha deslizado que el astro argentino estaría encantado de tener a Jorge Sampaoli, actual entrenador del Sevilla, como jefe en el Camp Nou. Las otras opciones no parecen seducir demasiado al delantero. La que menos, la de Juan Carlos Unzue como posible relevo de Luis Enrique.
Bartomeu conoce perfectamente los deseos de Messi. Robert y Soler, también. El director deportivo y el máximo ejecutivo también contemplan otras opciones. Ernesto Valverde sigue en la órbita barcelonista. En 2013, con Andoni Zubizarreta como máxima autoridad deportiva, el club ya sondeó su fichaje.
En la junta directiva también se ha deslizado el nombre de Ronald Koeman. Su fichaje, que coincidiría con el 25 aniversario de la Copa de Europa de Wembley, podría tener un gran impacto mediático, pero el actual entrenador del Everton suscita muchas dudas.
En los próximos tres meses, Bartomeu deberá gestionar la sustitución de Luis Enrique. Sabe que contentar a Messi es fundamental.