Fermín Cacho, Pep Guardiola, Luis Enrique, Kiko Narváez, Martín López-Zubero, Daniel Plaza o Miriam Blasco quizás no saben quien fue Xavier Corberó, pero conservan en sus casas un valioso recuerdo diseñado por este escultor catalán, la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Barcelona.
En este 2017 que se celebra el 25 aniversario de la celebración de los JJOO, Barcelona pierde a uno de los artífices del éxito que supuso la organización de los Juegos Olímpicos. Corberó ha fallecido este lunes en Esplugues de Llobregat a los 81 años de edad, según ha anunciado su hija, Ana Corberó, en su cuenta personal de Twitter. La ceremonia de despedida se celebrará este miércoles en el tanatorio de Sant Gervasi de Barcelona a las 11.45 horas.
Durante su carrera, Corberó realizó exposiciones individuales y colectivas en Barcelona, Bilbao, Madrid, Valencia, Miami, Chicago, Edimburgo, Zurich, Nueva York, Tokio, Berlín, Rotterdam, Pittsburg, Lieja, París y Ginebra, entre otras capitales.
Su obra está repartida por diversos museos de todo el mundo, entre ellos el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de Tokio, el Stedelijk Museum de Amsterdam, así como el Victoria and Albert Museum y el Goldsmith's Hall de Londres.
Corberó, nacido en Barcelona el 13 de junio de 1935, comenzó a dibujar y trabajar con metales en el obrador paterno, y en la Escuela Massana, y en la Central School of Arts and Crafts de Londres conoció la obra de Henry Moore.
Partió del informalismo, concibiendo elaboradas superficies de bronce, y después evolucionó hacia una tridimensionalidad donde a menudo ha introducido el movimiento y, posteriormente, a concentrarse en la realización de esculturas con mármol y piedra.
El escultor creó en 1972 en Esplugues de Llobregat el Centro de talleres para artistas y artesanos en los que se beca a artistas jóvenes.
COLABORACIÓN CON BARCELONA
Fue a inicios de la década de los 90 cuando Corberó colaboró con el Ayuntamiento de Barcelona para dotar a la ciudad de varias esculturas públicas, y de este modo coordinó la llegada de obras de artistas de reconocido prestigio, como Richard Serra, Botero, Lichstentein, Anthony Caro o Claes Oldenburg, entre otros.
Xavier Corberó fue el escultor encargado de diseñar las medallas de Barcelona'92, lo que llevó a cabo siguiendo los criterios marcados por la Carta Olímpica, sin romper la tradición ininterrumpida desde Amsterdam'28 de llevar grabada la imagen de la diosa de la Victoria en el anverso.
Corberó también elaboró unos diseños diferentes tanto para las medallas de los deportes de demostración como las dos medallas conmemorativas que se obsequiaron a toda la Familia Olímpica.
Precisamente, en 1992 recibió la Creu de Sant Jordi de la Generalitat y en el año 2000 fue elegido miembro numerario de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi.