Fermín Cacho (Ágreda, Soria, 48 años) ha visto “muchas, muchísimas veces” su victoria en los 1.500 metros de los Juegos Olímpicos de 1992. Su medalla de oro fue, posiblemente, la más sonada y celebrada de Barcelona. La más prestigiosa para el deporte español. El exatleta comenzó a visualizarla seis años antes, “el día que el Comité Olímpico Internacional” eligió a la capital catalana como sede de los XXV Juegos de la era moderna. En Lausana empezó todo.

“Pensé y soñé muchas veces con la medalla de oro. Mi primer pensamiento, el 17 de octubre de 1986, era estar en Barcelona. Tres años después, cuando gané el Campeonato de España en el mismo Estadio, me dije que en el 92 volvería a estar en lo más alto del podio”, rememora Cacho, con toda naturalidad, a Metrópoli Abierta.

Cacho, actual embajador de la empresa deportiva GOFIT y persona vinculada con el PSOE de Andújar, interpretó perfectamente la carrera más importante de su vida. Fue más lenta de lo habitual y el considerado mejor atleta español de todos los tiempos cruzó la línea de meta con un registro de 3:40.12. “En la pista pasan muchas cosas que la gente no ve. Observas cómo se mueve y respira la gente, incluso escuchas los clavos de las zapatillas”, narra Cacho. “Lo más importante era estar bien colocado a falta de 400 metros. Cuando se abrió el atleta keniano, no me lo pensé y aceleré. A 100 metros de la meta, volví a cambiar el ritmo y supe que ganaría”, añade. Morceli, el favorito, fue el gran derrotado.

El 8 de agosto de 1992, Cacho entró en la historia del deporte español. Un cuarto de siglo después vive en Andújar, el pueblo de su mujer, y participa en muchas charlas “de motivación y superación con niños”. Con el reclamo de un titular impactante, “entrenando un sueño”, el rey de los 1.500 metros destaca la “cultura del trabajo y de esfuerzo”. “Los sueños se tienen que visualizar”, recomienda a unos chavales que comienzan la sesión con el visionado de la carrera. De su hazaña en Barcelona también ha hablado con sus cuatro hijas (de 3 a 17 años). 

LA NUEVA ERA DEL DEPORTE ESPAÑOL

Fermín, con un tono pausado, no se cansa de recordar su victoria en los Juegos. Asegura que encaró la carrera “muy concentrado y tranquilo” y enfatiza que los nervios llegaron después, “a la hora de subir al podio”. “La adrenalina había bajado y en esos momentos te pasan muchas cosas por la cabeza. Cuando sonó el himno español, por mi cabeza se sucedieron muchas imágenes de los seis años anteriores”, recuerda.

FERMÍN CACHO POSA CON SUS MEDALLAS



En Barcelona '92 comenzó una nueva era del deporte español. Hasta entonces, los éxitos eran esporádicos. Desde la cita olímpica, han sido habituales: Fernando Alonso, Pau Gasol, Rafa Nadal, Copa Davis, selecciones de fútbol, baloncesto y balonmano... “Todo comenzó con una organización de los Juegos modélica, con una ilusión colectiva increíble, con miles de voluntarios ayudando a los atletas. Y los resultados fueron espectaculares. Con esas 22 modellas empezó el boom del deporte español, que cambió su mentalidad y se profesionalizó”, expone Cacho, quien reivindica la figura de José Antonio Samaranch.

Estos días, los barceloneses recuerdan sus vivencias durante los Juegos, aunque Ada Colau y su equipo de gobierno no parece estar muy interesado en revivir el mejor capítulo de la historia de la ciudad. Cacho, en cambio, participará en varios actos de empresas privadas y del Comité Olímpico Español, donde volverá a escuchar todos los elogios posibles por su victoria en Montjuïc, aunque él también está muy orgulloso de su medalla de plata en Atlante '94, del oro en el Europeo del 96 y de los dos subcampeonatos del mundo (1993 y 97).

Noticias relacionadas