Antes de que la canción del verano se convirtiese en un despliegue de sentencias machistas, mucho antes de que las superestrellas latinas fuesen reggaetoneros cuya máxima en la vida es “dártelo todo, mami”, antes, muchísimo antes, ya existía Georgie Dann. Giorgie lucía traje blanco, profería equívocos picantones y letras escalofriantes (“las chicas en verano no guisan ni cocinan, se ponen como locas si prueban mi sardina”) y hacía apología musical del chiringuito a ritmo de organillo. Un chiringuito que era sinónimo de fritanga, de sardinitas, de chancleteo, de grandes barrigas cerveceras ante una mesa repleta de cañas vacías, y que hoy en día –no sabemos si lamentarlo– ha ido perdiendo protagonismo en beneficio de esos pequeños oasis de sofisticación a pie de mar que abundan en ciudades como Barcelona.
Los chiringuitos han cambiado con los tiempos, como lo ha hecho la canción del verano y lo hemos hecho también nosotros. No sabemos si el cambio ha sido para bien –en ninguno de los casos–, pero nos sigue encantando ocupar mesa en estos espacios mágicos con vistas al mar y ver la vida pasar mientras escuchamos el rumor de las olas.
BE GAY
El nombre lo dice todo sobre este chiringuito en el que reina el buen rollo, ubicado en el tramo nudista de la Mar Bella. De vocación gay pero ambiente absolutamente heterofriendly, grandísimos mojitos, despelote, musicón, buen rollo, hamburguesas, tapas frías y buenas vibraciones, Be gay es ese lugar en el que siempre vas a sentirte bien, sin importar si eres gay o nudista. ¿Te gustan la playa y los mojitos? Pues ya tardas en ir.
XIRINGUITO ESCRIBÀ
Si hiciésemos un ranking de los mejores arroces de Barcelona, sin duda aparecería en uno de los primeros puestos –junto a Ca la Nuri y L'Arrosseria Xàtiva–, este establecimiento de referencia ubicado en un entorno de ensueño a pie de mar. Elegante, classy, con una gastronomía de altura y una maravilla llamada Paella Escribà, es el lugar perfecto para llevar a cualquiera, desde esos amigos guiris perdidamente enamorados de Barcelona o esas temibles reuniones padres-suegros por las que (casi) todos pasamos alguna vez en la vida.
VAI MOANA
Cuando un espacio se define como Beach Club y obvia el término chiringuito es que juega en otra liga. Una liga que corrobora que los tiempos han cambiado y que hoy en día podemos encontrar un espacio ubicado en la arena donde la clientela gasta taconazos y náuticos, cuerpos imposibles y nos vamos a sentir en el corazón de la mismísima Isla de Pascua. En este paraíso se inspira un local ubicado en la playa de la Mar Bella, que ofrece una cocina versátil y deliciosa a base de ensaladas, tapas, sofisticados bocadillos, arroces y otros bocados que van desde la tortilla de patata a los langostinos thai. Todo ello a maridar, sin lugar a dudas, con uno de los cócteles de su carta.
LA CASETA DEL MIGDIA
No es un chiringuito al uso, pues para empezar no está a pie de playa, sino en plena montaña de Montjuïc. Pero es un espacio irresistible rodeado de vegetación, con unas vistas al puerto que sin ser exactamente bonitas son de una belleza inquietante, el lugar en el que perderse a cualquier hora y disfrutar de una gastronomía de batalla y unas cañas fresquitas. Y si decimos de batalla significa que La Caseta del Migdia se halla en las antípodas del término gourmet, y que si tenemos una cita con nuestros amiguetes foodies mejor reservemos mesa en Nomo: aquí solo tienen carnes a la brasa, ensalada y crêpes. Y no hace falta más, palabra.
MOKAÏ BEACH BAR
De nuevo con la etiqueta de Beach Bar –nada de bocatas de calamares y grupos heterogéneos de comensales en bañador hablando inusualmente alto–, este espacio de la Nova Icària es el lugar ideal para alquilar una de sus tumbonas y contemplar la animación de la más californiana de las playas barcelonesas a cualquier hora del día. Lo bueno de Mokaï es que además de los clásicos bocatas y hamburguesas perfectos para degustar junto al mar, ofrecen también una selección de comida healthy que muchos agradecemos: ceviches, tartars y pescados a la plancha harán las delicias de los amantes de la vida sana.
SALT BEACH BAR
No podemos hablar de chiringuitos o actividades a pie de mar en Barcelona sin detenernos en las dependencias del W Hotel, cuyo Salt Beach Bar es uno de los espacios emblemáticos para disfrutar de la vida mediterránea en clave sofisticada y rodeados de gente guapa. Aquí encontramos desde hamburguesas a cócteles, además de una serie de bocados para todos los gustos (de la ensalada de cangrejo a los nachos) que se pueden degustar, literalmente, con los pies hundidos en la arena, bien lejos de las aglomeraciones guiris.
CAFE DEL MAR
No es exactamente un chiringuito, pero no podemos hablar de ocio nocturno junto al Mediterráneo sin detenernos en este macroespacio cuya apertura ha sido, sin duda, uno de los noticiones de la temporada. El club nocturno de referencia en Ibiza desde 1980 ha inaugurado por todo lo alto su sede en Barcelona, en la playa de Sant Adrià del Besòs. Glamour de espíritu ibicenco, cuerpos esculturales, música comercial, copazos, piscina y gente guapa se dan cita en un lugar que nos hará sentir por momentos lejos, muy lejos de Barcelona.