El Barça, más cerca de las semifinales de la Champions. El equipo de Ernesto Valverde, con más pegada y fortuna que fútbol, derrotó a la Roma por 4-1 en el Camp Nou. La diferencia en el marcador fue mucho más amplia que en el campo. Las claves del triunfo azulgrana pueden resumirse en cinco puntos.
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Dos autogoles de la Roma: El Barça tuvo muchos problemas para superar la presión alta de la Roma en la primera parte. Messi y Rakitic avisaron en sendos remates, pero el gol que penalizó al conjunto italiano fue el primero. El crack argentino se disponía a golpear la pelota, pero se le adelantó De Rossi. El italiano, forzado, desvió el balón con tan mala suerte que batió a Alisson. En la segunda parte, Manola empujó al fondo de su portería un remate previo de Umtiti que repelió el poste. Gerard Piqué marcó el tercer tanto azulgrana y Luis Suárez, el cuarto. Hacía un año que el uruguayo no marcaba en la Champions.
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Messi, intermitente: La estrella del Barça fue, una vez más, la gran referencia ofensiva del equipo. Generó muchos espacios, pero no fue tan determinante como en otras ocasiones.
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Arbitraje muy discutido: Los jugadores de la Roma reclamaron al holandés Danny Makkelie dos penaltis en la primera parte: una caída de Dzeko en su forcejeo con Semedo y una falta de Umtiti a Pellegrini que el árbitro consideró que fue fuera del área.
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Dzeko da vida a la Roma: El delantero se adelantó a Jordi Alba y batió a Ter Stegen cuando más herido estaba el equipo italiano. Su gol premió la ambición de una Roma meritoria pero mentalmente frágil.
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Un Camp Nou muy politizado: El coliseo azulgrana reunió a 90.106 espectadores en otra jornada muy politizada. Muchos aficionados se posicionaron a favor de la independencia de Catalunya con gritos de “llibertat” y con la exhibición de globos amarillos.