El 6 de mayo de 1978, hace 40 años, el FCBarcelona inició una nueva era. El constructor Josep Lluís Núñez (Barakaldo, 1931) ganó las primeras elecciones a la presidencia del club tras la muerte del dictador Franco y su mandato se prolongó hasta 2000. Pronto dotó a la entidad de una estabilidad económica que no había tenido desde la construcción del Camp Nou (inaugurado en 1957), pero los éxitos deportivos tuvieron que esperar. En la primera década de su mandato, el equipo de fútbol sólo ganó una Liga y su mejor etapa llegó con Johan Cruyff como entrenador, una convivencia tan exitosa como tormentosa. Con Núñez, el Barça entró en una nueva dimensión. El segundo gran cambio llegó años después, con el desmoronamiento del nuñismo y Joan Laporta como máximo responsable de la primera institución deportiva de Catalunya.

El longevo mandato de Núñez arrancó con muchas tensiones y terminó de forma abrupta, con una renuncia sorprendente e inesperada. El proceso electoral fue muy movido, con mucho juego sucio y una victoria final bastante ajustada del constructor. Núñez sumó 10.352 votos, más que Ferran Ariño (9.537) y Nicolau Casaus (6.202), que se repartieron el voto catalanista. El ganador, por su parte, casi nunca tuvo una buena sintonía con Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, y abogó por despolitizar al club.

Núñez se benefició en 1978 de la retirada del publicista Víctor Sagi, por unos presuntos dossiers con unas fotos comprometedoras. Su ascenso a la presidencia coincidió con la salida de Johan Cruyff de la entidad tras cinco años como gran referente del equipo. Una década después, curiosamente, el constructor rescató al holandés (en esta ocasión, como entrenador) para atenuar los daños causados por el Motín del Hesperia. En plena crisis deportiva y con discrepancias sobre los contratos de imagen, los futbolistas y el entonces técnico, Luis Aragonés, pidieron la dimisión de la junta directiva que presidía Núñez.

INGRESOS POR TELEVISIÓN

Núñez removió las estructuras del fútbol español cuando exigió que los clubes debían multiplicar sus ingresos por los derechos de televisión. Fue un visionario y sus demandas, que hoy parecen obvias, causaron un gran terremoto en los años 80. En sus inicios también apostó por los fichajes mediáticos de grandes estrellas: Bernd Schuster (8 temporadas) y Diego Armando Maradona (2 temporadas). Con ambos vivió momentos de gran tensión. El primero estuvo un año sin jugar (su caso se resolvió en los tribunales) y el argentino forzó su traspaso al Nápoles. Años más tarde, Núñez acabó mal con Ronaldo y Rivaldo.

El expresidente del Barça, autoritario en las formas, chocó casi siempre con las demandas de las estrellas. Las mayores trifulcas, sin embargo, fueron con Cruyff, obsesionado con blindar el vestuario e imponer su autoridad. “Si yo no me meto en lo que debe costar un bloque de pisos porque no soy constructor como el presidente, que él no me diga si un jugador es caro o barato”, sostenía el holandés, partidario de contratos cortos para incentivar el rendimiento de los futbolistas. Núñez, en cambio, prefería contratos largos para amortizar mejor las operaciones.

Alexanko, Núñez y Cruyff, con la Copa de Europa de 1992



El matrimonio de convivencia entre Núñez y Cruyff duró ocho años. El Barça tardó tres temporadas en ganar su primera Liga, pero luego encadenó cuatro (la única vez en su historia). Y en 1992, el año mágico de Barcelona, conquistó la primera Copa de Europa con el mítico gol de Koeman. Días antes de la final, el presidente amenazó con abandonar el cargo, convencido de que el técnico preparaba su renuncia al cargo si él seguía en la presidencia. Con otro holandés, el cartesiano Louis van Gaal, Núñez tuvo mucha más complicidad por su dedicación y fidelidad a la institución.

AMPLIACIÓN DEL CAMP NOU

Movidas al margen, Núñez priorizó la estabilidad económica del Barça. La masa social de la entidad pasó de los 78.000 socios de 1978 a los 106.000 de 2.000. En los inicios de su mandato, amplió el Camp Nou y construyó el Miniestadi, que en los próximos meses será derribado para construir el nuevo Palau Blaugrana. Año tras año, el Barça cerraba los ejercicios con importantes superávits.

En su palmarés como presidente consta que el Barça de fútbol ganó 7 Ligas, 6 Copas del Rey, 2 Copas de la Liga, 1 Copa de Europa, 4 Recopas y 2 Supercopas de Europa. Más importantes fueron sus éxitos con las secciones. La de baloncesto, por ejemplo, rompió el monopolio del Real Madrid y en 22 años ganó 10 Ligas ACB, 9 Copas del Rey, 2 Recopas, 2 Copa Korac, 1 Supercopa de Europa, 1 Supercopa de España y 1 Mundial de Clubes.

Núñez fue un constructor de éxito que dirigió el Barça como una empresa. Siempre sostuvo que el club era de los socios y fue caricaturizado miles de veces por sus imitadores. Algunas meteduras de pata (de Barcelona dijo que era “la ciudad que lleva el nombre del club) son eternas, igual que su obra de gobierno. Su sucesor, Joan Gaspart, quiso continuar el legado de Núñez, pero la suya fue una historia muy diferente que se terminó en 2003. A partir de entonces, el Barça entró en una nueva era, ganando cuatro Champions, nueve Ligas y seis Copas del Rey, entre otros muchos títulos, en 15 años.