Cuando las articulaciones empiezan a fallar, tengas la edad que tengas

Falta apenas un mes para que comience el Mundial de fútbol en Rusia, y los diferentes seleccionadores nacionales ultiman sus listas de convocados para el acontecimiento deportivo más importante a nivel global, junto con los Juegos Olímpicos. Algunos jugadores ya han dicho adiós a la cita por lesiones graves que les dejarán sin jugar hasta la próxima temporada, y casi todos los equipos participantes están pendientes de la enfermería, como se dice en el argot futbolístico, por las molestias de última hora de muchos futbolistas como consecuencia de la acumulación de partidos.

Los tobillos y las rodillas llegan especialmente castigados a final de temporada, y eso hace que sean los principales protagonistas de las lesiones en las articulaciones. En ambos casos suelen estar provocadas por un deterioro del cartílago, similar al que causa la artrosis en los mayores, representando un problema para alrededor del 80 por ciento de las personas de más de 65 años.

Para todos, tanto para deportistas jóvenes como para quienes tienen más años en su carnet de identidad, las terapias biológicas con células madre suponen una alternativa clave para reducir el dolor interno que sufren en sus articulaciones, según explica el Dr. Joan Manuel Burdeus, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona.

La artrosis suele venir acompañada de un dolor intenso y, en algunos casos, las personas afectadas no pueden ni siquiera mover la articulación; el deterioro puede venir provocado por la edad, una sobrecarga o lesión de la articulación (más propio de los deportistas), o el factor hereditario, entre otras.


Para resolver el problema de lesiones focales en con el resto de la articulación afecta indemne en pacientes de edad inferior a 50 años, normalmente deportistas o persona muy activas, la técnica utilizada por el Dr. Burdeus consiste en la extracción de células mediante una liposucción para obtener un concentrado con células madre, que luego se implantarán en la zona dañada tras la limpieza y preparación del área. A continuación, se coloca una membrana que permitirá la concentración de las células y la permeabilidad del líquido sinovial de la articulación para la regeneración progresiva del tejido.

Este procedimiento permite la aparición de un tejido parecido al cartílago que estaba lesionado, posibilitando la restauración de la función articular con ausencia de dolor.

Messi, lesionado en una rodilla; un clásico en el fútbol / EFE

Este tejido, que se alimentará de la sangre que le llega del hueso y del líquido sinovial a través de la membrana, es el que más tarda en regenerarse. “Con esta intervención los pacientes notan una gran mejoría, ya que disminuye el dolor intenso y se inicia la regeneración progresiva del tejido de cicatrización similar al cartílago”, explica el traumatólogo.

En cuanto a las lesiones difusas articulares, en fases iniciales y en pacientes de cualquier edad, se implantan concentrados de células. Con ello se reduce el dolor, recuperando la actividad habitual por el efecto inmediato anti inflamatorio y ralentizando al máximo el proceso degenerativo del cartílago de la articulación afectada.