Para las personas con sobrepeso u obesidad es imprescindible bajar unos kilos para mejorar el estado de salud perdido, además de para que el paciente recupere la autoestima y otras complicaciones derivadas de esta situación. Sin embargo, es conocido el alto nivel de fracaso en los intentos de llevar a cabo las terapias convencionales, consistentes básicamente en la combinación de dietas alimentarias y ejercicio físico.
En estos casos, para poder alcanzar los mencionados objetivos de adelgazamiento y salud por culpa del sobrepeso o la obesidad, suele indicarse el denominado balón gástrico o intragástrico. La técnica clásica consiste en introducir en el estómago una esfera de silicona flexible y blanda mediante una endoscopia, a través de la boca. Este balón se deja flotando en el estómago, lo que provoca una sensación de saciedad que ayuda a no comer en exceso.
De esta forma, el paciente puede superar la parte más compleja de las dietas de adelgazamiento, que es, precisamente, resistir el deseo de comer cantidades superiores a las que los nutricionistas recomiendan.
UNA CÁPSULA FÁCIL DE TRAGAR
Pero aunque la eficacia de esta técnica está más que demostrada, ahora emerge una nueva opción mejorada, que evita las molestias que sufre el paciente derivadas de la endoscopia. Se trata del denominado balón Elipse, que se presenta en forma de una cápsula lo suficientemente pequeña como para ser tragada con facilidad sin ayuda mecánica. “Aunque pueda parecer ciencia ficción, la tecnología nos permite dejar a un lado las molestias de la endoscopia sin perder la efectividad del balón gástrico, según demuestran numerosos estudios”, asegura la doctora Candy Hernández Toyos, especialista de la Unidad de Medicina Estética y Obesidad del Hospital Quirónsalud El Pilar de Barcelona.
Una vez ingerida la cápsula, su revestimiento se disuelve de forma automática y libera el balón gástrico. Mediante un catéter, el balón ya liberado en el estómago se rellena con suero fisiológico, retirándose a continuación el mencionado catéter de manera cómoda y segura. Este 'balón de agua', como también suele llamarse, tiene el tamaño de un pomelo de unos 560 centímetros cúbicos y es capaz de controlar la cantidad de alimentos que el paciente necesita consumir para sentirse satisfecho sin causar ninguna molestia.
Su duración es de unos cuatro meses, tiempo considerado suficiente para que el paciente adquiera unos hábitos alimentarios saludables. Cumplida su misión, tras este período el balón simplemente se desinfla por sí solo y se desecha de manera natural por el intestino, sin que el paciente lo note.
La doctora Hernández Toyos subraya que el 'revolucionario' balón gástrico Elipse sin endoscopia “está avalado por diversos estudios clínicos en personas con un índice de masa corporal (IMC) de entre 27 y 40, que aseguran una pérdida de peso de entre 10 y 15 kilos”.
Uno de estos estudios, publicado en 2017 en la prestigiosa 'Surgery for Obesity Related Disease', constató que “los pacientes que habían sido tratados con el balón Elipse perdieron, de promedio, el 50 % del exceso de peso que tenían. También se produjo una mejoría en los niveles de triglicéridos y hemoglobina HbA1c”, concluye la especialista del Hospital Quirónsalud El Pilar.