La ecografía se ha convertido en una herramienta diagnóstica tan habitual que parece que está ahí de toda la vida. Sin embargo, su evolución ha sido larga y sólo gracias a las investigaciones de pioneros como Karl Dussik, Douglas Howry o Ian Donald, la ecografía ha podido llegar en el siglo XXI a la estremecedora precisión del 4D.

Aunque tiene múltiples aplicaciones clínicas, la vinculamos especialmente a los embarazos: toda madre y padre -y con ellos toda su familia y amigos- aguardan con expectación la primera ecografía para ver por primera vez, mucho antes del parto, al futuro bebé. Siendo el más popular, por supuesto no es éste su principal interés médico, sino la detección de posibles anomalías o patologías fetales para su eventual tratamiento.

Pero, ¿qué es y cómo funciona la ecografía?

La ecografía es básicamente un tipo de imagen. Utiliza ondas sonoras de alta frecuencia (ultrasonidos) para observar órganos y estructuras del interior del cuerpo. Los profesionales de la salud los usan para ver el corazón, los vasos sanguíneos, los riñones, el hígado y muchos otros órganos como la próstata, los órganos reproductores internos femeninos y masculinos, etc. También, como hemos visto, durante el embarazo los médicos usan las pruebas con ultrasonido para observar al feto.

A diferencia de las radiografías, la ecografía no expone a la radiación, lo que representa por sí mismo una enorme ventaja. Durante la exploración ecográfica, un técnico especial o un médico mueve un dispositivo llamado transductor sobre la parte del cuerpo cuyo interior queremos conocer. De forma análoga a como los murciélagos perciben lo que les rodea, el transductor envía ondas sonoras que rebotan en los tejidos dentro del cuerpo. El transductor captura las ondas que rebotan y la máquina ecográfica crea las imágenes de estas ondas sonoras.

IMÁGENES MULTICORTE Y EN MOVIMIENTO

En el terreno del diagnóstico fetal, el desarrollo tecnológico de la ecografía ha dado en la actualidad con aparatos capaces de tomar imágenes similares a las obtenidas mediante un TAC (acrónimo de Tomografía Axial Computerizada), con volumen y, lo más reciente de todo, en 4D, es decir, las tres dimensiones clásicas a las que se les suma una cuarta: el movimiento.

“Esta nueva herramienta permite obtener imágenes multicorte como si se tratara de un TAC desde las primeras semanas de embarazo en formato digital, así como visualizar enfermedades del feto antes de nacer. De esta manera, cuando detectamos alguna anomalía podemos compartir las imágenes con otros especialistas para garantizar un diagnóstico lo más preciso posible”. El Dr. Guillermo Ripoll, especialista del servicio de ginecología y obstetricia del Hospital El Pilar de Barcelona, del grupo Quirónsalud, alude al ecógrafo de última generación Voluson E10 BT18, capaz de ofrecer imágenes de alta definición en 2D, 3D y 4D HD live Silhouette-HD liv estudio desde las primeras semanas de gestación y una excelente penetración para exámenes técnicamente difíciles, tanto fetales como ginecológicos.

Recreación ideal de un útero materno / Archivo



Además, gracias al ultrasonido denominado Doppler en honor a su inventor (que permite visualizar estructuras en movimiento, como los vasos sanguíneos), en alta definición y en volumen, “se puede estudiar el funcionamiento del corazón o el cerebro. Esto nos permite detectar si hay alguna cardiopatía congénita, como una comunicación interventricular cardiaca; o enfermedades neurológicas tales como una agenesia del cuerpo calloso en el cerebro del feto”, detalla el doctor Guillermo Ripoll.

Sin ser un beneficio estrictamente clínico, el especialista del Hospital El Pilar del Grupo Quirónsalud destaca también el “factor emocional” de esta avanzada tecnología. “Para las futuras madres, ver la cara de sus hijos de forma tan definida, en 3D y en movimiento consigue reforzar aún más si cabe el vínculo materno-filial desde mucho antes del nacimiento”.

DIAGNÓSTICO GINECOLÓGICO PRECOZ

Junto al diagnóstico fetal (¡y el ansiado primer retrato del futuro bebé!), todos los avances tecnológicos del mencionado ecógrafo Voluson E10 BT18 están también especialmente indicados en el abordaje de la salud de la mujer.

Según el doctor Guillermo Ripoll, “las posibilidades de esta tecnología son aplicables en el diagnóstico precoz de patologías ginecológicas, ya que su capacidad de realizar imágenes en 4D y multicorte permite, por ejemplo, la detección y estudio de quistes ováricos, y diferenciar sin son benignos o malignos; diferenciar miomas uterinos respecto a sarcomas uterinos y, en general, disponer de imágenes mucho más precisas y definidas para confirmar o descartar muchas otras patologías en sus estadios más iniciales”.

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