La obra que Madrid no aceptó en febrero se encuentra desde este mismo viernes en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). Presos políticos en la España contemporánea, de Santiago Sierra, fue retirada de la feria internacional de arte ARCO de la capital española a petición del recinto ferial Ifema y desató la polémica.
El director del CCCB, Vicenç Villatoro, ha destacado en rueda de prensa que la institución "no se puede mantener neutral" ante lo que ha considera "grandes temas de fondo que tocan elementos esenciales", ni tampoco ante "el uso de métodos pacíficos para conseguir objetivos políticos".
La exhibición de Presos políticos en la España contemporánea se enmarca dentro de uno de los ejes de reflexión permanente del CCCB y coincide con la programación del "día Orwell", que comprende también la proyección del documental "Tijeras contra papel", dentro del Barcelona Creative Commons Festival.
Jaume Asens, teniente de alcalde de Ciudadanía del Ayuntamiento de Barcelona, ha considerado que la exposición es “una oportunidad” para denunciar la situación en Catalunya y ha resaltado que la obra trata "la gran injusticia que estamos sufriendo como país" y ha dicho que Barcelona es una ciudad "orgullosa de su legado de luchas y resistencia".
No es la primera vez que el arte de Santiago Sierra causa revuelo en una exposición. El artista madrileño –que rechazó en 2010 el Premio Nacional de Artes Plásticas 2010 dotado con 30.000 euros– fue uno de los pocos que despuntó por su transgresión en la feria ARCO de 2017. Lo hizo con tres supuestas esvásticas incluidas en su instalación El bebedero que escandalizaron a más de uno. En realidad, las esvásticas estaban giradas hacia la derecha y, según su simbología, están asociadas a la buena fortuna desde el Paleolítico hasta la época moderna. Una confusión ingeniosa que provocó polémica.
En esta última se muestran 24 rostros pixelados del exvicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, el expresidente de la ANC y diputado de Junts per Catalunya Jordi Sànchez y el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, entre otros, para “denunciar la existencia de presos políticos en el Estado”.