Enorme decepción entre los argentinos reunidos en diferentes locales de Barcelona ante el resultado pero, sobre todo, ante el pobre partido jugado por la albiceleste en su debut en el Mundial de Rusia.

Su rival, la selección de Islandia, que jugaba el primer partido mundialista de su historia y que ha plantado cara a la de Argentina, que ha tenido mucho toque pero poca profundidad, y que en ningún momento ha sabido superar el sistema defensivo de los isleños.

Los aficionados argentinos de Barcelona se han congregado en diversos locales de la ciudad para seguir el debut de su selección en el Mundial, con sus esperanzas puestas en el jugador del Barça. En los momentos previos al partidos, las camisetas y banderas albicelestes han tomado las calles y los transportes públicos de la ciudad con destino al lugar elegido para la ocasión y con la esperanza de que, esta vez sí, Argentina logrará el título.

Sin embargo, a Messi no se le ha visto cómodo en el partido, vigilado muy de cerca por varios jugadores rivales conscientes de su capacidad para decidir Para colmo de males, cuando el astro argentino ha tenido en sus botas la posibilidad de decantar el resultado del encuentro, se ha cruzado en su camino el guardameta Halldrosson, que en una magistral intervención ha confirmado que la maldición de Messi con la selección argentina sigue plenamente vigente.

El gol de Agüero (19'), curiosamente el primero que marca el delantero del Manchester City en una fase final de un Mundial, ha abierto las puertas de la victoria a los esperanzados aficionados argentinos, pero tan solo cuatro minutos después, Finnbogason ha inscrito su nombre en el libro de oro del fútbol islandés al marcar el primer gol de su país en la historia de las fases finales de los mundiales.

Y con ese gol, las esperanzas de los aficionados argentinos se han iido al traste. No han dejado de animar, pero ya no sirvió para nada. Y menos cuando su astro ha errado el penalty.

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