Qué complicado resulta ser padres, ¿verdad? En esa dificultad se incluye la elección de un restaurante donde los niños puedan disfrutar con la comida y estén distraídos, de manera que no te molesten mientras comes ni molesten a los demás clientes. Conscientes del reto, seleccionamos aquí 7 restaurantes ‘niño-friendly’, donde los críos no solo serán bienvenidos, sino tratados como reyes del mambo.
1. PUDDING
Pocos sitios encontrarás en Barcelona tan enfocados a los niños como este restaurante del centro de la ciudad. Allí puedes ir a compartir un rato gastronómico con ellos deleitándoos con un pastel casero o un bol de cereales, o para dejarlos solos jugando con una tablet o una pizarra mientras tú te tomas un café con calma y tranquilidad, ese bien preciado cuando tienes prole. Y si te falta tiempo en el día a día, pueden dar el desayuno a tus hijos y llevarlos al cole, y lo mismo a la hora de la merienda; te los recogen y les dan un tentempié. Para flipar con las setas gigantes de la decoración. Y, no, no os han echado nada en la bebida.
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2. SEMPRONIANA
¿Que tus hijos ven mucho ‘Masterchef junior’? Pues directos a Semproniana, donde Ada Parellada les tiene preparada una sala para que se pongan el delantal, un gorro de chef que personalizan con sus dibujitos y cocinen. Luego comen pasta, hamburguesas, sopas de letras, patatas fritas e incluso lentejas y espinacas debidamente tuneadas. Durante dos horas te olvidarás de ellos y podrás comer tranquilamente en el restaurante. Un lujo que no se paga con dinero. El taller, para críos de entre 4 y 10 años, se llama Patacutxi y se imparte los sábados a la hora de comer desde el año 2000.
3. HOTEL MAJESTIC
Vamos a ponernos gourmets, vamos a darnos un pequeño homenaje y vamos a dárselo a los chiquillos. Llévatelos al hotel Majestic un domingo cualquiera para ir al brunch que montan en el primer piso. Mientras los padres se sienten en el paraíso con aquel inacabable bufet de altísimo nivel, los niños desaparecerán en aquella salita preparada para ellos en la que no falta ni una pequeña fuente de chocolate. ¿Hemos dicho paraíso para los padres? Y para los niños. Aquello es el Disney de los mini gourmets: pizza, pasta, burgers... ¡e incluso un show cooking de ceviche! Vuelve a estar on a partir de septiembre
4. DOBLE ZEROO
Si tus hijos son un terremoto, si no eres capaz de amansarlos ni con música, si ni siquiera una mañana entera corriendo, saltando y jugando en la Ciutadella es suficiente para que se rindan, te proponemos que te metas en este restaurante japonés cerca del parque. Será entrar allí cualquier sábado, domingo o festivo de 13.30 a 17.00 horas y verlos desaparecer en la sala Kodomoo, donde les esperan monitores con juegos para ellos antes o después de zamparse un menú con platos que les chiflarán, como el yakimeshi (arroz salteado con verduras, pollo rebozado), el uramaki kodomoo y el niguiri tamago (tortilla japonesa).
5. GIULIETTA CAFÉ
Para hacer una parada ‘técnica’, Giulietta Café es ideal. Sobre todo si apetece un dulce, porque aquí se disfruta de todo tipo de tartas, cupcakes y crepes (aunque no faltan tampoco delicias saladas). Apetece, ¿verdad? Y a tus hijos, seguramente más. Piénsalo bien: ¿qué hay mejor que compartir los bocados que más te gustan con tus pequeños? Pues aquí es posible. Eso sí, siempre que no prefieran meterse en la sala que hay al final del local, repleta de juguetes, donde se lo pasarán en grande antes o después de la merienda.
6. MAMA'S CORNER
El nombre lo dice todo. ¿Qué más hace falta añadir? Digamos que está en el Eixample, en el pasaje de Lluís Pellicer, una de las calles con más restaurantes por metro cuadrado de Barcelona. Digamos que es un salón de té donde sirven un menú de comida casera y saludable (supervisada por una nutricionista y elaborada con productos eco). Digamos también que cuenta con un espacio para los niños más pequeños en el que no falta un cambiador… Y digamos montan actividades como música para bebés y que incluso te pueden organizar una fiesta de cumpleaños.
7. AMALOCA
Un restaurante de fusión asiática para ir con niños. Pues sí, has leído bien. Porque, además de su cocina viajada, no solo tiene un espacio infantil como otros establecimientos, sino que, además, cuenta con un monitor que está pendiente de los chiquillos. Allí todo está adaptado para ir con la prole: puedes aparcar los cochecitos, tienen tronas e incluso un cambiador. Y está disponible los fines de semana y las tardes de martes a viernes. El ‘momento merienda’, a veces tan crítico, aquí se convierte en un trámite de lo más agradable y cómodo.