Ganas y motivación. Son dos de los ingredientes básicos para emprender un proyecto de gran envergadura, como es el caso de un musical. Nos reunimos en Gràcia con Irene Santos y Òscar Zurriaga, dos jóvenes artistas inmersos en un suculento proyecto: la adaptación y puesta en escena del complejo drama Jekyll and Hyde.
Mientras Òscar ultima los detalles técnicos en el escenario (tramoyas, luces, micros, altavoces...), Irene se encarga de ordenar y etiquetar los trajes en el vestuario y alecciona a los actores. El tiempo apremia: el próximo 21 de septiembre estrenan su versión en catalán del famoso musical en el Centro Moral i Instructiu de Gràcia, donde ofrecerán siete funciones únicas, hasta el día 30.
'JESUCRISTO', UN VÍNCULO DE UNIÓN
Se conocieron en un casting para el musical Jesucristo Superstar, y ahí, entre melena y melena, comenzó todo. Tiempo más tarde, viendo la constante inestabilidad a la que se enfrentan los artistas hoy en día, decidieron impulsar este proyecto con compañeros que conocían de otras ocasiones artísticas. “Ninguno de los dos había montado nada parecido hasta el momento, era un reto”, explican.
“Cuando empezamos el proyecto teníamos las ideas y la gente pero, logísticamente, lo que nos faltaba era el sitio”, revelan. Por ello, se pusieron manos a la obra y pronto solucionaron ese pequeño 'problema' para llevar a cabo su musical amateur, en el que ellos también actúan. Tal como relatan en la entrevista audiovisual, el Centro Moral les ofreció “una gran ayuda”.
UN APUESTA ARRIESGADA
"Para crear un musical hay que tener (mucha) paciencia". Así lo explican los protagonistas de esta historia, que han dedicado infinitas horas a la materialización de un proyecto cuyo elenco está formado por 24 artistas. Para que ninguno de ellos se quede en blanco, han pegado indicaciones –¡hasta el mismo guión!– en las paredes que se encuentran en el backstage. Y en el vestuario ya está todo ordenado para que nadie se pierda en las transiciones o se equivoque de traje. “¡Mucha mierda!”, se lee en un cartel que ha colgado Irene. ¡No hay margen de error!
Ambos son conscientes de que el Jekyll&Hyde de Leslie Bricusse, con música creada por Frank Wildhorn, es una apuesta arriesgada. No solo tienen que coordinar la actuación musical –con una compleja partitura– sino también la interpretación y los constantes cambios de vestuario. “No hicimos un plan específico sobre cómo se dirige: ¡nos lo hemos ido encontrado!”, confiesan ambos directores, entusiasmados.
Actores de todas las edades van llegando al teatro y se saludan entre ellos. Se percibe cierto nerviosismo en la sala: será una experiencia única. Mientras, los dos talentosos directores nos muestran el espacio entre el público donde se ubicarán los músicos, que tocarán en directo. Y después, llega el momento. Todos suben al escenario para ensayar. Ahora sí, silencio, porque... ¡empieza el espéctaculo!