Laia Palau es una de las grandes bases de la historia del baloncesto europeo. Nacida en Barcelona, siempre ha tenido una relación muy especial con la ciudad y sus gentes. En motivo de la disputa del Mundial de baloncesto femenino de Tenerife (del 22 al 30 de septiembre), entrevistamos a la capitana de la selección española y actual jugadora de Spar Citylift Girona, que explica a Metrópoli Abierta sus pensamientos más personales.

¿Sería una decepción no conseguir medalla en el Mundial?

No, no sería una decepción. Es normal que la gente tenga unas altas expectativas de nosotras porque venimos de hacer podio en las Olimpiadas y los dos anteriores Mundiales, pero nosotras nos tenemos que concentrar en estar a nuestro máximo nivel, y los resultados ya vendrán. Para mí lo que sería una decepción sería no mostrar nuestra mejor cara o no ser el equipo que hemos sido estos últimos años.

Laia Palau, junto a Anna Cruz con la medalla de oro del EuroBasket Women 2017 / LAURA GUERRERO/DIARIO FOTOFINISH

Laia Palau, con la medalla de oro del EuroBasket Women 2017 / LAURA GUERRERO/DIARIO FOTOFINISH

¿Os veis con opciones de derrotar a Estados Unidos?

El partido contra Estados Unidos no nos preocupa. Es un equipo superior a todos. Nos preocupan todo el resto de rivales. Si tenemos que jugar contra ellas ya jugaremos. Queremos pasar como primeras de grupo para intentar tener unos cuartos asequibles. Estamos más concentradas en el resto de partidos y en el partido de cuartos, que te echa o te propulsa hacia arriba. Intentaremos llegar al partido de cuartos en las mejores condiciones, que es sin duda el partido clave.

¿Hasta cuándo te ves jugando? ¿Te has marcado una nueva fecha de retirada o seguirás jugando mientras disfrutes del baloncesto?

Mínimo un año más jugaré [tiene contrato de un año más otro opcional con Uni Girona] y cuando acabe esta temporada veremos cómo ha ido, qué quieren, qué quiero yo y cuáles son las ganas que tengo de seguir jugando. Si son las que tengo hasta ahora, seguramente seguiré jugando. Y si no, será momento de replantearme qué tengo que hacer con mi carrera. Así como el año pasado sí que hice una previsión de futuro, ahora mismo no la quiero hacer porque la vida da muchas vueltas. Quiero vivir al día para saber qué es lo que me apetece hacer.

Hablemos ahora de tu relación con Barcelona, tu ciudad natal. ¿Qué significa la capital catalana para tí?

Barcelona es mi lugar. Es mi ciudad, es de donde soy y donde me he criado y me he hecho persona. Hace muchos años que no vivo allí, pero siempre que tengo vacaciones o días libres entre las temporadas, si puedo voy a Barcelona. Para mí es una ciudad maravillosa que me ofrece de todo. Estos años, como la vivo un poco de turista, me gusta mucho también. Me gusta mucho poder decir que vuelvo a casa y estoy de vacaciones, pero en Barcelona. Me ofrece todo lo que quiero. Tiene mar, tiene montaña muy cerca, cultura y a mi familia y amigos. Para mí, Barcelona es el lugar ideal.

¿Un lugar de Barcelona que sea especial para tí?

Hay muchos, pero al final lo que hace que sea especial es la gente con la que la comparto. Si hago un café en una terraza de Gràcia, me gusta compartirla con gente. Me gusta mucho el Kiosko Universal, un chiringuito del Mercat de la Boqueria. Me gusta mucho ir a comer allí. Hace muchos años que voy y conozco a los camareros. Para mí es un lugar muy auténtico. Aunque esté en medio de todo el barullo de turistas, se comen cosas muy buenas y en un ambiente canalla que me gusta bastante. Sant Felip Neri me encanta y siempre que puedo me paso. Me gusta también el MACBA y el barrio del Call. Hay mil lugares. Cualquier esquina vale la pena.

Kiosk Universal / MERCAT DE LA BOQUERIA



Es bien sabido que te apasiona la literatura. ¿Nos puedes recomendar una librería de Barcelona?

La Central me gusta mucho. Siempre que puedo voy. Siempre que voy por el centro y paso por el Raval me paso. Es una catedral de libros. Puedes encontrar de todo. La Central es el lugar de culto total. Realmente allí puedes encontrar lo que quieras.

La Central, librería mítica del Raval / LA CENTRAL



¿Alguna cosa que no te guste o que cambiarías de Barcelona?

Lo que no me gusta de la ciudad es que cada vez sea más difícil vivir en ella, cada vez más cara. Entiendo que tengamos que estar en un nivel mundial como capital de turismo, pero me sabe mal que estemos perdiendo un poco el origen de nuestra sociedad. Tendríamos que apostar más por el comercio de proximidad. No hace falta que nos vendamos tanto. Lo que tenemos es maravilloso. No hace falta que lo tergiversemos ni que lo adornemos. Lo que me gustaría es que Barcelona sea más habitable para la gente que es realmente de la ciudad.

"Cada vez es más difícil vivir en Barcelona, más cara. Me gustaría que fuese más habitable para la gente que es realmente de la ciudad. No hace falta que nos vendamos tanto."

¿Cómo recuerdas tu infancia en Barcelona?

La recuerdo como una época maravillosa, tanto como lo es vivir en una ciudad tan maravillosa como Barcelona. Estaba en Sants y tenía un parque debajo de casa, al que bajaba a jugar con mi hermano. Pude hacer artes plásticas, baloncesto en el Joventut Les Corts y salir los fines de semana.

¿Con qué te quedas de tu etapa en el Joventut Les Corts? ¿Recuerdas la figura de Pepa?

Cada vez que paso por la calle Anglesola o estoy en la plaza de la Concòrdia, me lo siento muy mío. Allí está la escuela Ítaca, mi colegio. Es de donde vengo y donde he pasado muchos años de mi vida. Han pasado mil años pero no me lo parece en absoluto. Aún recuerdo cuando fui con mi padre a pedir si podía jugar en el equipo, porque mis amigas jugaban en Les Corts y yo quería jugar con ellas. Lo recuerdo perfectamente.

Plaza de la Concòrdia, en Les Corts / HUGO FERNÁNDEZ

Plaza de la Concòrdia, en Les Corts / HUGO FERNÁNDEZ

Fue Pepa la que nos recibió y nos dijo que en el equipo que me tocaba por mi edad no había sitio porque estaba lleno pero que como me veía alta y estirada si quería podía probar con las de un año más. Fue un poco una decepción porque yo quería jugar con las de mi clase y era tímida cuando era pequeña pero enseguida encajé. Fue mi primer equipo y guardo un recuerdo maravilloso de toda aquella gente. Mantengo el contacto y cada vez que voy por esas pistas, lo tengo muy presente. Por esas calles hice mis primeras Coca-Colas. Infancia total. Debía tener 11 años, como máximo 13. Fue un punto de partida bastante importante.

¿Y tu etapa en el Safa Claror?

Fue una época bastante bonita. Venía de jugar en Les Corts, un equipo de barrio, y tuve que tomar una de las primeras decisiones importantes, irme a un equipo más potente. Entrenábamos en Sagrada Família. Recuerdo bastante esa época. Fue la primera vez que jugué campeonatos de España y finales de Catalunya. Fue mi primer club más o menos serio. Fue un salto adelante en mi carrera con un muy buen ambiente. Aquel año de infantil fue un año muy bonito. Tengo unos recuerdos muy vivos de esa época y es un lugar que siempre me emociona.

SAFA CLAROR revista 170125 laia palau

Laia Palau, en la pista del Safa Claror, en Barcelona / CLAROR

Has explicado que fue en tu paso por el UB Barça donde te diste cuenta de que podrías ser profesional. ¿Cómo lo recuerdas?

Cuando empecé a jugar no era como ahora, que la gente puede aspirar a ser profesional. Entonces no tenías apenas referentes. Jugaba porque me gustaba. Nunca soñé ser jugadora profesional. Fue una cosa que me encontré con los años. Fue en el UB Barça donde me di cuenta de que podía ser profesional. Fue el cambio a pasar a cobrar y dedicarme en cuerpo y alma al baloncesto. Pero fue en el Bourges Basket donde fui totalmente consciente de que era profesional, al verme allí sola fuera de casa. Allí me di cuenta de todo el sacrificio que había hecho, de todo lo que había dejado atrás para poder jugar a basket.

"Me gusta mucho la vida que tengo y la que he tenido"

¿A qué te hubieses dedicado, de no ser jugadora de baloncesto?

Estudié educación social en su momento. El tema social y cultural siempre me ha encantado, pero no sé a qué me hubiese dedicado. Yo siempre he dicho que me encantaría cambiarme por una actriz de teatro. Seguramente hubiese acabado siendo educadora, pero si no hubiese sido profesional del baloncesto, me hubiese vinculado de alguna manera porque es una herramienta muy potente para trabajar cosas con la sociedad. Me gusta mucho la vida que tengo y la que he tenido.

Laia Palau, en su etapa en el Barça

Laia Palau, en su etapa en el Barça

¿Sería importante que el Barça volviese a Liga Femenina?

Por supuesto. Sería muy importante. Me parece muy fuerte que una ciudad como Barcelona no tenga un referente de baloncesto femenino importante. Es una ciudad de baloncesto y no puede ser. Que sea el Barça o que sea el que sea. Pero lo importante es que haya alguno. No puede ser que salgan jugadoras catalanas o que han salido de aquí y que no podamos jugar en un equipo potente de aquí. Más que nada por la ciudad. No solo por el baloncesto, sino por la identidad de la ciudad. En esta ciudad hay de todo y tendría que tener también baloncesto femenino, que es uno de los deportes principales del país.

"Me parece muy fuerte que una ciudad como Barcelona no tenga un referente de baloncesto femenino importante"

¿Te ves volviendo a entrenar en categorías de formación? ¿Cómo recuerdas tu experiencia como entrenadora en Barcelona?

En el Martinenc me lo pasé muy bien. Fueron dos años muy chulos. Me encantó la experiencia. Era la primera vez que entrenaba y, de hecho, no lo he vuelto a hacer más. La verdad es que me gustan mucho los niños. Me gusta el basket y me gusta enseñarlo. Y en edades tempranas, más que basket, es un camino para enseñar muchas otras cosas. Relacionarse, hacer un esfuerzo físico y que se lo pasen bien. Fue una época muy enriquecedora para mí también. Hicimos mucha piña en el Martinenc. No sé qué pasará, pero me gusta mucho entrenar. Es divertido. Tanto de formación como más mayores. Cada edad tiene lo suyo, pero con los niños es muy bonito. Todo es muy nuevo para ellos y si consigues hacerlos disfrutar, es casi para siempre.

Laia Palau, en casa de Encarna Hernández / @ninadelgancho



¿De dónde viene tu relación con Encarna Hernández, pionera del baloncesto femenino?

Encarna es una persona muy especial. La conocí cuando le estaban haciendo un documental y me picó la curiosidad. La gente que rodeaba el proyecto es maravillosa. Tanto Raquel [directora] como Sara Barrera [guionista], las dos hermanas que han hecho el documental, y todo el equipo de La niña del gancho [de la productora Ochichornia]. Me enamoré de Encarna. Es una persona extraordinaria. Lo que ha vivido, cómo lo explica y cómo lo sigue sintiendo con sus 101 años, con tanta energía y tanta memoria y que no se arrepienta de nada. Esta mujer es un ejemplo. Es así como se tendría que vivir la vida. Tiene la capacidad de seguir disfrutando de la vida, y eso es impagable. Cuando estoy en Barcelona, siempre que puedo bajo a verla. A través del 'equipo Encarna', como yo le llamo, nos enviamos vídeos.