Las víctimas del amianto se han concentrado este sábado en la plaza de Sant Jaume para hacer visible su reclamación, que incumbe a toda la sociedad.
Decenas de personas han llegado a las 11h de la mañana a la plaza del Ayuntamiento, donde se han unido con otras tantas, ligadas a algunos colectivos que trabajan por la inertización de este mineral declarado cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1977. Entre los carteles de su reivindicación, se podía leer 'Basta' y 'El amianto sigue matando'.
Su principal objetivo es que las administraciones públicas reconozcan sus enfermedades crónicas como un daño colateral de sus años de trabajo en centros industriales durante las décadas de los 60', 70 y 80', donde manipulaban amianto sin (o con escasas) medidas de protección También preclaman que se reconozcan las enfermedades de sus familiares directos derivadas del amianto, que han tenido contacto con este material de bajo coste o las personas que han vivido y aún viven cerca de un foco de producción de este mineral cancerígeno.
Desde el Colectivo Ronda, formado por abogados, han obtenido algunas sentencias favorables a sus demandas. La última, el 8 de septiembre, condenaba a la empresa Uralita a indemnizar con 1,7 millones de euros a 14 vecinos de los municipios de Cerdanyola del Vallès y Ripollet.
La convocatoria de esta mañana, organizada por l'Associació de Víctimes Afectades per l'Amiant de Catalunya (AVAAC) y el Colectivo Ronda ha contado con la presencia de algunos afectados que han llegado desde Francia, Inglaterra, Italia y Bélgica.
EL AMIANTO, PROHIBIDO DESDE 2002
La producción y el consumo de amianto se prohibió en España en 2002 pero las consecuencias de la exposición de este material despiertan ahora, dado que los síntomas tardan entre 20 y 40 años en manifestarse. Así, se han retrasado hasta ahora las consecuencias de su exposición.
Según un estudio de la Unión Europea, de aquí a 2030 medio millón de personas morirán en Europa de cáncer por la exposición al amianto. Solo la transformación de su estructura cristalina lo hará seguro para posteriores generaciones.