Manga Rosa lleva tres años enseñando maneras culinarias y de servicio en pleno Eixample. Tres años que se suman a los ocho que pasaron sus propietarios en la calle Blai, donde Adriano y Claudia Teixeira instalaron su primer Manga Rosa. Ahora, en Consell de Cent han crecido como restaurante, obviando los detalles más superfluos de un restaurante de cocina regional. Aquí, las banderas se llevan dentro de la piel.
Manga Rosa es un restaurante brasileño por origen de propietarios y personal, y por lectura de carta. No así de menú de mediodía, que se acerca más al oriente atlántico en el mar en el que navega su cocina de ida y vuelta. “Hacemos cocina brasileña con toques mediterráneos, no en vano estamos en Barcelona. A mediodía, eso sí, buceamos sólo un poco en la gastronomía brasileña, también por precio (10,90€) y voluntad de clientela”, comenta Adriano. Naveguemos en la carta, pues, que sí baila samba.
Feijoada, uno de los platos típicos de la cocina brasileña con frijoles y carne de cerdo en salazón; moqueca de pescado, un guiso de pescado con leche de coco; queso cuajo (cuajado) a la brasa con miel y orégano muy típico de todo el litoral brasileño, o croquetas de nombre curioso (coxinha -la de pollo-, kibe -la de carne- y buñuelo de queso –ídem-) aparecen en una carta viajada, en la que un entendido puede identificar el uso voluntario de cuantos productos locales pueden. Otros must de la gastronomía brasileña van apareciendo en carta a voluntad de Claudia, la jefa de la casa. Es el caso de la picanha, en formato carpaccio, en ensalada thai de quinoa o la brasa, o la yuca, presente en forma de chips con guacamole y palitos con alioli.
La propuesta de Manga Rosa se completa con postres como açai o mousse de maracuyá o cócteles como la caipirinha o la piña colada, ambos con frutas totalmente naturales en los que la familia de Manga Rosa se esmera. La samba baila dentro del vaso.
Manga Rosa no es el típico bar brasileño de Barcelona, es el típico bar brasileño de Brasil. No se encontrarán colores verdes o amarillos como en otros auto llamados locales brasileños. “No nos hace falta mostrar la bandera para decir quiénes somos”, comentan. Por ello, se hacen acompañar de una decoración industrial, desenfada, informal y artística, donde destaca un piano que furtivamente suena para deleite global.
Por cierto, un poco de etimología. Manga es mango en portugués, y manga rosa es uno de los varios tipos de mango que produce el país suramericano. “El mango es un fruto tropical muy nuestro”, tanto que lo introducen en el nombre (en Brasil hay muchos locales con este nombre) y en varios platos de la carta. Entre ellos, uno a destacar especialmente, el tartar de salmón y guacamole de mango. Bom proveito.