En esta ocasión viajamos a Oriente Próximo y descubrimos su riqueza gastronómica, con platos a base de planchas y carbón, especias aromáticas y numerosos vegetales. Muy en línea con la gran tendencia ‘healthy’, estos cinco restaurantes os garantizarán una experiencia diferente y muy gustativa. Y siempre, sin salir de Barcelona.
MAZAHM UN LIBANÉS XXL
Una apertura reciente de Barcelona donde disfrutar de una cocina libanesa modernizada y, en algún caso, incluso fusionada con otras culturas culinarias. Lo que más destaca de este establecimiento es la grandeza del espacio (decorado con un árbol de olivo, icono nacional) y la amplísima carta de especialidades gastronómicas. Ni más ni menos que ¡96 platos! Además de los más tradicionales como las sopas, el taboulé (ensalada con trigo bulgur, perejil picado, aceite de oliva, tomate, lechuga, hierbas aromáticas y zumo de limón), el fattoush (ensalada con hortalizas y pan plano cortado en tiras y frito o asado), el muttabel (un humus de berenjena) o el shawarma (brocheta de carne a la parrilla), por ejemplo, lo chulo de Mazah es que las recetas también se versionan con otros ingredientes. Tomemos, por ejemplo, el humus: lo hay clásico con garbanzos, o tuneado con pesto, picadilla de tomate y perejil, con carne y piñones… Eso sí, si algo nos ha enamorado es su pan de pita hecho al momento en un horno gigantesco de gas traído del Líbano. A degustar, preferiblemente, con el surtido de entrantes y crudités fríos.
BELLAKO, KEBABS PARA SIBARITAS
Ojito. Este restaurante combina dos conceptos que hasta hace poco ni siquiera habríamos podido imaginar simultáneamente: gastro y kebab. Así se las gastan en Bellako. Un establecimiento de aires modernos que propone una versión más moderna e internacional del emblemático plato de 'street food' oriental. Aquí los kebabs se reinventan con combinaciones de carnes, panes, quesos y vegetales, además de la salsa de la casa, eso sí, todos de nivel gourmet. Por ejemplo, mientras el Gaucho lleva cogollos de lechuga, tomate, cebolla, ternera Black Angus, queso provolone, chimichurri y salsa Bellako, el Diablo concentra cogollos de lechuga, tomate, cebolla, delicioso secreto ibérico fileteado (¡sí! ¡cerdo en un kebab!), chile chipotle, jalapeños, salsa Piri Piri y salsa Bellako. También los hay con ternera, pollo o veggie. No os olvidéis las patatas como acompañamiento.
PARKING PITA LO PETA
El hermano pequeño del ya conocido Parking Pizza lo peta de la misma manera y siguiendo la misma fórmula de éxito: bueno, bonito y barato. Pero esta vez lo hace a base de bocatas y platillos árabes. Como su nombre indica, aquí los 'protas' son los panes de pita (regordetes que da gusto) que se rellenan con verduras (de temporada), salsas varias, carnes y otros toppings. Los sirven abiertos o cerrados. Taboulé, falafel o verduras ahumadas o asadas (ojo con los puerros, la coliflor y la berenjena, que son ex-qui-si-tos). También tienen postres libaneses (estos archi-dulces) para garantizar el colofón final.
UGARIT, PARA COMER COMO UN SIRIO
Musakaha, cuscús, shawarma, xix tawuk, arayes, tabbule, geben, fattuch, falafel, warak inab, hommos... Si estos nombres os hacen la boca agua o si no los conocéis pero si os encanta descubrir nuevas cocinas, poned rumbo con los ojos cerrados a Ugarit. Especializado en la deliciosa y gustosa cocina siria, propone una carta de pica-pica para compartir, con carnes y vegetales a la brasa, potajes, guisos, salsas picantes y platos combinados. Y como guinda, los postres: sea baklava, chay bel o naa naa, estas delicias a base de hojaldre, frutos secos y miel se degustarán junto a un té sirio acompañado de menta, cardamomo, piñones o canela. ¡Buen viaje!
SHAQ SHUQ, ISRAEL SIN SALIR DEL CENTRO
Un gran restaurante para todos aquellos que quieran descubrir la cocina 100% kosher y, en especial, los amantes de las verduras (de hecho, es ideal para ir a comer con vegetarianos o veganos). Porque lo cierto es que esta gastronomía le sabe sacar partido tanto en el uso de complementos (hierbas y especias) como en elaboraciones muy variadas (purés, salsas, cremas, ensaladas…). Otra de sus virtudes es que se trata de una opción particularmente sana, con muchos marinados naturales (a base de limón, por ejemplo) y cocciones ligeras. Nos encantan especialmente sus chebureki (unas empanadillas de carne), y el shakshuka, un guiso tradicional a base de verduras, huevos y salsa tomate. También siguen las recetas tradicionales según las festividades del calendario judío. Interesante para conocer un poco más, y a base de buenos bocados, la cultura hebrea.