Son el azote de los niños pijos de Barcelona. El Calmador, una cuenta de Instagram nacida en 2015, persigue desde entonces a los jóvenes barceloneses que se exceden con sus formas y comportamiento, siempre basadas en sus ansias de aparentar o demostrar el dinero que tienen. Su éxito, avalado por sus más de 56.000 seguidores y casi 1.000 publicaciones, se basa en compartir imágenes y vídeos de estos niños de papá, acompañados de textos satíricos en los que dejan en evidencia a los autores de tales fechorías.

Los fundadores de esta iniciativa son cuatro jóvenes que aterrizaron en la capital catalana para cursar sus estudios universitarios. Tres de ellos provienen de Andorra y un cuarto de Santa Coloma de Farners (Girona). En conversación con este medio, éste último —que prefiere mantener el anonimato— relata los orígenes de la cuenta, que se ha convertido en un lugar de referencia entre toda una generación de barceloneses. Tanto es así, que incluso han llegado a crear su pequeño vocabulario, de sobras conocido entre sus seguidores: Mite, administra’t, dosi, excedit, o calma son sólo algunos ejemplos de las palabras que han dotado de un segundo sentido y que han popularizado con el tiempo.

CENTRADOS EN EL OCIO NOCTURNO

En un inicio, crearon la cuenta entre los cuatro para reírse de ellos mismos. Pero pronto cambiaron su propósito. Fue después de empezar a rodearse de gente "excedida" en la capital catalana, lo que les llamó mucho la atención. Primero comentaron en Instagram las fotos de estas personas, que retrataban escenas ridículas de los que se autodenominan del upper diagonal, todo ello en un tono jocoso. Poco después, dieron un paso más y pasaron a compartir las imágenes en la cuenta de El Calmador.

El éxito fue inmediato, en parte, porque los propios protagonistas de las fotos empezaron a retroalimentarse entre ellos. En vez de verlo como algo negativo, algunos compartían imágenes con el propósito de salir en El Calmador, como si fuera algo de lo que sentirse orgulloso. Con el paso del tiempo, focalizaron su contenido en el ocio nocturno, donde abundan los “fantasmas y el despilfarro”, según el relato de uno de sus administradores.

PERFIL

“El perfil de quienes aparecen es gente con dinero de familia, o personas que intentan aparentar que tienen pasta. Los hay que la tienen y los que no, siendo estos últimos los que tratan de llamar más la atención” afirma. Respecto a los lugares donde se toman estas fotografías, destacan discotecas como Sutton o Bling Bling. “También hay algún excedido en la zona del Puerto de Barcelona, en discotecas como Pachá, donde sobresalen los guiris con dinero, así que no es algo exclusivamente barcelonés”, matiza el joven. ¿Y cuál es la calle más representativa del mundo upper y los desfases nocturnos? “Tusset, sin duda”, asegura.

También hay una serie de patrones estéticos y materiales que se repiten constantemente entre los protagonistas de El Calmador, a juicio de uno de sus creadores. No puede faltar la moto Honda SH, el casco blanco, la visera tintada y el “tubarro”. En cuanto a la forma de vestimenta, destaca dos tipologías: el mite que va de alternativo y el clásico de camisa y mocasines. Precisamente, los mocasines han sido una de las obsesiones de los administradores de esta cuenta. Pese a haberlos criticado hasta la saciedad, el mismo reconoce que los lleva puestos para trabajar: “son muy cómodos”, asegura.

IDEOLOGÍA

Respecto a la ideología, destaca que “la gente que acostumbra a aparentar y a alardear del dinero están asociadas con la derecha, pero hay de todo”. Donde sí hay una mayor disparidad es en la cuestión nacional. “Hay muchos de pulsera de la bandera de España en la muñeca, aunque también se pueden ver a muchos independentistas”.

Más allá de las valoraciones subjetivas, las estadísticas de Instagram les permiten ver de dónde viene y cómo es su audiencia. En general, la mayoría de sus seguidores son de los territorios de habla catalana: Catalunya, Valencia e Islas Baleares. En concreto, el 80% proviene de Barcelona, y se trata de un público muy joven, de entre 18 y 27 años. Aproximadamente, tienen entre 50.000 y 200.000 impresiones por post, con un mayor éxito de los vídeos que de las fotos —algo habitual en Instagram—.

AMENAZAS Y DENUNCIAS

Durante todos estos años, han recibido amenazas de todo tipo por mensaje directo, y en otros casos denuncias masivas que han supuesto la eliminación automática de la publicación por parte de Instagram. “También nos hemos encontrado con la clásica amenaza de “mi padre es abogado”, eso es muy gracioso, porque luego nunca nos ha llegado ninguna denuncia”, detalla.

FINANCIACIÓN

El éxito que tuvo El Calmador llamó la atención de algunas salas de discotecas, con las que han llegado a hacer partnerships durante un tiempo. Sin embargo, dejaron de hacerlo “porque requería mucho esfuerzo y en cambio tenía un retorno muy bajo”, explica M.. “No nos dedicamos a nivel profesional, lo hacemos por amor al arte, porque nos gusta”. De hecho, asegura que desde que acabaron la universidad ya no están tan encima, por lo que se ha convertido más en un “repositorio” de videos virales de fiesta.

También les han llegado ofertas de compra. Aproximadamente, y según las propias consultas que ellos realizaron, el valor de mercado de su cuenta es de unos 10.000 euros. Su número de seguidores no es llamativo, pero sí que tienen a un público muy joven y nicho, factores valorados en el mercado de las redes sociales.