Llega una de las jornadas más bonitas del año: Sant Jordi, un día para celebrar el amor. Ohhhh. Una vez más, las mujeres reivindicamos libros: no solo queremos rosas, también queremos libros. Es verdad que la leyenda se va actualizando a medida que pasa el tiempo, pero a las cifras todavía les queda camino por recorrer. Aproximadamente, el año pasado en Cataluña se vendieron algo más de un millón y medio de libros, mientras que las rosas superaron con creces ese número. Se vendieron más de siete millones, la mayoría de las cuales provenían de Ecuador y de Colombia. Aunque este año las cifras serán menores por la proximidad a la Semana Santa, según ha informado el gremio de floristas.

Algunos dirán, “ah, es por el precio”. Las rosas de Sant Jordi suelen costar mínimo cuatro euros (que no son precisamente baratas). Así que durante este día no hay excusas: hay libros de segunda mano que se venden por tan solo un euro o incluso ediciones de bolsillo que valen menos de 10 euros. Además, muchas librerías aprovechan para lanzar ofertas y descuentos especiales. ¿Más motivos? Un libro –venerado objeto– dura para toda la vida y una rosa –lamentablemente– no. A propósito, si todavía quieres romper más con la tradición, puedes apostar por una bonita planta, por ejemplo.

MÁS NUMEROS: UNA DE CAL, OTRA DE ARENA

Parece que estamos en racha: según el último Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España, en 2018 el número de ciudadanos que afirmó leer en su tiempo libre ascendió hasta el 61,8 % de la población (creció un 2,1 %). Sin embargo, por desgracia, todavía hay un 38,2 % que no lee nunca o casi nunca. Estamos a tiempo de cambiarlo con pequeñas acciones como regalar más libros en fechas señaladas como Sant Jordi. Luego llega el otro dilema. ¿Qué libro compro? Es difícil, hay que psicoanalizar, pero si conoces bien a la persona acertarás seguro y se lo acabará leyendo... tarde o temprano.

El año pasado pregunté a algunas chicas jóvenes si recibían libros por Sant Jordi. Algunas me dijeron que no, que ni siquiera se habían planteado comentárselo a sus parejas. Pues ya es hora de que hablemos claro. Las mujeres también queremos libros, muchos libros. Porque como bien reza el cartel de la editorial Gallo Nero, Reading is sexy. Y sí, leer es sexy, pero no solo eso: es también estimulante. Y ese es –sobre todo– el gran motivo.