El Mercat de Sant Antoni está de enhorabuena. Su cambio de imagen le ha beneficiado y en un año ha recibido ya más de seis millones de visitas, superando los accesos de, por ejemplo, la Sagrada Familia que registra unos 4,5 millones de ingresos anuales. No le va a la zaga La Boqueria que, de hecho, supera los 10 millones al año. Se dice pronto.
Desde que el Mercat de Sant Antoni reabrió en mayo de 2018, el número de visitas de los comercios del entorno se ha incrementado en 10 millones respecto al mismo periodo del año anterior: ha pasado de 46,5 millones de visitas a 56,9, un 22,23 % más, según ha indicado el Ayuntamiento a través de un comunicado.
POLO DE ATRACCIÓN
De este modo, más allá de los visitantes del propio mercado, su puesta en marcha en su ubicación original ha comportado un "notable efecto de atracción" en los comercios del barrio, que han recibido más visitas de vecinos del entorno (un 44 %) del total y de fuera del barrio (un 56 %).
Pero el emblemático mercado que aguarda restos romanos en su interior no quiere turistificarse. Es por eso que –en la misma tónica que el de La Boqueria y el de Santa Caterina– restringirá el acceso a grupos de visitantes los viernes y sábados para preservar el modelo de mercado actual.
Desde el 1 de abril hasta el 30 de octubre el mercado prohíbe la entrada a grupos de 15 o más visitantes que vayan acompañados por un guía. También aboga por expulsar a los clientes que toquen o manipulen alimentos para fotografiarlos y a los que coman o beban fuera de los espacios permitidos.