Un Malpaso no, varios. El magnate mexicano Bernardo Domínguez, presidente de la editorial fundada en Barcelona, ha agitado este miércoles el sector literario con un comentario fuera de lugar en Twitter. En el marco de la Feria del Libro de Madrid, la traductora Ana Flecha Mato ha denunciado que la empresa todavía le debe 4.000 euros –desde hace dos años– por “dos traducciones y un informe de lectura”.

“No estoy ejerciendo presión, sino denunciando públicamente una situación bochornosa e intolerable de la que sois plenamente responsables”, dice Flecha a la editorial Lince, del grupo Malpaso. “¡No seas ridícula!”, responde el presidente. “Se te deben poco menos de 4 mil euros. Entendemos que es una cantidad importante para un profesional autónomo. La empresa sufrió grandes pérdidas por apostar a libros fallidos, ha tenido que reorganizarse y reestructurar todo su quehacer. A todos les pasa”, argumenta.

La contestación del multimillonario ha desatado la furia de otros afectados por los impagos de la empresa y trabajadores autónomos del ámbito cultural que se han solidarizado. Bajo el hashtag #MalpasoPagaYa e imágenes con carteles han manifestado su indignación con una situación que se lleva alargando varios años.

Pero Domínguez, en lugar de entrar en razón, ha seguido alterándose. “Sinvergüenza y cobarde tú, ven a decírmelo a mi cara, imbécil. Y yo no debo nada a esta persona. Se lo debe una empresa a la que ella prestó un servicio que no ha podido cobrar”, ha espetado a otro usuario. Algunas editoriales como Blackie Books han mostrado su estupefacción ante los comentarios.

UN MAL PASO, UN TOBILLO ROTO

Bernardo Domínguez quería ir de cool bautizando su editorial en 2013 como Malpaso. El tiempo –como si de una premonición se tratara– le dio la razón: dio un mal paso y la editorial se torció el tobillo. En 2017 la empresa empezó a quebrar –con más de 700.000 euros de deuda– y a día de hoy, aunque a simple vista parece que aquí no ha pasado nada, sobrevive a duras penas. Varios autores de este grupo editorial –pendientes de pagos– han confesado a Metrópoli Abierta no haber recibido ni un solo euro pese a que las existencias de sus libros se hayan agotado tras varias ediciones.

No era la primera vez que Domínguez jugaba con fuego. Su nombre está vinculado al blanqueo de dinero de los Pujol, hasta tal punto que le retiraron el pasaporte para que saldara sus deudas y no huyera. Al parecer, la familia Domínguez llegó a prestar seis millones de euros para proyectos urbanísticos en los que trabajaba la familia Pujol Ferrusola, aunque desde la cúpula de Malpaso siempre lo han negado.

EL COMUNICADO, ¿LLEGA TARDE?

Este miércoles, después de encender la hoguera en las redes sociales, la editorial ha tratado de purgarse con un comunicado. En él ha anunciado un plan de garantías con el que espera liquidar deudas del grupo en el plazo de cuatro meses y que además contemplará intereses en el pago a acreedores.

Domínguez ha prometido que a los acreedores de menos de 2.000 euros se les pagará la totalidad de la deuda en los próximos cuatro meses con un 5 % de intereses por el plazo vencido. "La situación de las empresas hace necesario que los accionistas inviertan más dinero para salir adelante”, confiesa. No obstante, el sector literario sigue revolviéndose en la red y esperando hechos, no disculpas.