Velas aromáticas, un incienso intenso y baja luminosidad para recrear una atmósfera envolvente. Suena música de meditación –con los siete mantras– y la buena energía fluye a través de la decoración y las sonrisas de las trabajadoras. “Namaste”, dicen juntando las manos y asintiendo con la cabeza. Bali Spirit es una especie de oasis dedicado a los mimos y la relajación justo en el corazón del Eixample, en pleno caos. A diferencia de otros espacios de Barcelona, brinda al cliente con un final feliz centrado en la recuperación física… y espiritual. Todo un éxtasis para los sentidos.
“Trabajamos las emociones”, explica la fundadora del spa lounge, Raquel Jiménez, a Metrópoli Abierta. La intención de cada uno de estos "viajes" es, a fin de cuentas, la sanación. Para transportar al cliente hasta la isla de Indonesia Raquel ha querido cuidar hasta el más mínimo detalle. “Cada uno de los muebles y camas de masajes los hemos traído de ahí”, detalla. Así, el centro emana la cultura, las costumbres y filosofía del país oriental, tan de moda hoy. No solo en sus técnicas de masajes y terapias, sino también en la gastronomía y en el trato con el cliente.
EL FESTIVAL DE LA RELAJACIÓN
La persona que quiere darse un capricho y puede costearse una exclusiva sesión es acogida con una bebida refrescante balinesa. Una vez en la sala se desnuda y empieza el festival de la relajación con una pequeña meditación guiada para coger el tono. Entonces sí, la mente se va volando al ritmo de la respiración.
Entre su oferta destacan propuestas para sibaritas, rituales románticos para parejas, terapias antiestrés, pero también masajes curativos practicados por osteópatas y fisioterapeutas holísticos. Dos de las apuestas más llamativas son los masajes sibaritas a cuatro o seis manos (por más de 1.000 euros) y los masajes infantiles a cargo de maestras del embarazo para mujeres en estado y mamás con sus bebés.
MASAJES PERSONALIZADOS
Asimismo, tras 10 años de experiencia, se han abierto a nuevas propuestas. Una de ellas es la de los masajes personalizados al gusto del cliente. Otra es el “momento chicas”, un plan grupal para disfrutar entre amigas de un buen masaje, una copa de cava y un baño de sensaciones, a partir de los 64 euros. También ofrecen menús degustación por 59 euros para poner la guinda a esta experiencia urbanita llena de exotismo.
En Bali Spirit se para el tiempo y una se olvida del ajetreo en la ciudad. Las caricias, los aceites calientes y el toqueteo revitalizan el cuerpo, mientras la música mece las emociones. A cada movimiento se despiertan los sentidos. El tacto, el olor, el oído… Las técnicas ancestrales sorprenden al cliente. “¿Se han relajado un poquito?”, preguntan después del masaje. Y, sí, el dolor y el placer se entremezclan con cada una de las sensaciones experimentadas. “Espero que descansen”, ríen las masajistas. Como decíamos, una sale flotando y saboreando ese particular final feliz.