Manuel Valls y Susana Gallardo son ya, oficialmente, marido y mujer. El político y la empresaria se dieron ayer sábado el "sí quiero" en una ceremonia civil celebrada en Menorca, en casa de la heredera de los laboratorios Almirall.
Los invitados a la boda han tratado de guardar el máximo sigilo sobre el festejo, pero aun así han trascendido algunas imágenes de la ceremonia. Según ha podido saber este medio, la pareja bailó largo y tendido, radiantes de felicidad, frente a la atenta mirada del resto de asistentes. Gallardo y Valls bailaron y cantaron, por ejemplo, al ritmo de la canción Volare, un clásico en cualquier boda española.
LA ANÉCDOTA
En las imágenes a las que ha tenido acceso Metrópoli Abierta se le puede ver a los dos vestidos de blanco --era el dresscode de la boda--: ella con un precioso vestido y él con un toque más informal. Valls optó por una vestimenta muy mediterránea, muy balear: guayabera blanca, pantalones blancos y sombrero de tela tipo Panamá, adornado con la clásica cinta negra. Sólo le faltaba llevar unas abarcas o unas alpargatas para redondear el vestido isleño, aunque también optó por la informalidad con el calzado con unos mocasines de color marrón.
Precisamente, los zapatos de Valls marcaron la anécdota de la noche: durante el baile, se aprecia cómo parte de la suela se despega del mocasín. En el caso de Gallardo, lucía un vestido de la firma Ze García en blanco roto de crepe de seda, con escote hatler, anudado a la cadera y con una abertura lateral bordeada de plumas que seguía hacía la espalda formando una pequeña cola.
El convite tuvo lugar en la finca de 29 hectáreas propiedad de Susana Gallardo, heredera de los laboratorios Almirall. La mansión se encuentra en Binidalí, cerca de Cap d'en Font (Mahón). La fiesta se celebró en uno de los jardines, todo al exterior, en una estampa típicamente mediterránea.