Después de un caluroso verano, comienzan a bajar las temperaturas y ya apetece buscar esos lugares en los que el sol calienta la piel bajo un jersey fino. Barcelona es una ciudad viva, abierta, con multitud de espacios al aire libre donde disfrutar del sol invernal.

La Ciudad Condal presume de tener playas y espacios verdes en los que disfrutar en solitario o en compañía.

LA BARCELONETA

Y más concretamente, a los pies del Hotel W. Este espacio es uno de los lugares más inspiradores de la ciudad, no solo porque desde aquí se puede tener una vista en primera persona del skyline de Barcelona, si no porque también el mar tiene ese efecto calmante que tanto se necesita para aparcar, por un rato, el estrés que provoca la rutina.

En este lugar, muy cerca del paseo marítimo, se puede disfrutar del sol invernal en uno de los puntos donde más calienta. Y si apetece tomar algo, la terraza exterior del Hotel W da justo a la playa.

Vistas del Hotel W de Barcelona / PIXABAY



POBLE ESPANYOL

Existe un lugar bien conocido en Barcelona, relativamente apartado, pero al que se puede llegar caminando desde Plaça de Espanya, que bien merece la pena una visitar. El Poble Espanyol es uno de los lugares más mágicos de la ciudad. En cuanto el visitante pasa su primer arco, entra en un ambiente medieval incomparable.

Si se atraviesan todos sus callejones y plazas, se puede llegar a un espacio abierto que ofrece un mirador a la ciudad. La Sagrada Familia, la playa o la Estatua de Colón son algunos de los elementos que se pueden fotografiar desde aquí. Además, sus fuentes y bancos hacen de él un buen lugar donde sentarse a leer, charlar o simplemente disfrutar del sol invernal.

EL JARDÍN DE ALMA

No todo son espacios públicos, también hay locales privados en Barcelona para disfrutar del sol. Buen ejemplo de ello es el Jardín del Alma, en un patio interior del Hotel Alma Barcelona, donde se puede disfrutar de bebidas, cócteles y gastronomía basada en los productos locales. El ambiente es fantástico, rodeado de vegetación, y el sol pega de lleno.

Se encuentra en la calle Mallorca, 271 y bien merece la pena visitarlo con calma para embriagarse de su paz.

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