Entre los múltiples aspectos por los que destaca Barcelona frente a otras ciudades españolas, y de Europa, es por su dinámica escena de ocio nocturno. A la interminable oferta de bares, clubes y diferentes pubs se le suma una larga lista de discotecas repartidas a lo largo de los diferentes distritos que dan forma a la ciudad.
La Asociación Internacional de Ocio Nocturno – International Nightlife Association en inglés–, realiza de manera anual una lista con las mejores discotecas de todo el mundo. Para la edición del 2019, han sido seis las discotecas de Barcelona las que se han posicionado como las mejores del mundo. Aspectos como la programación, el espacio o el sonido son algunos de los factores que mejor valoración han recibido.
IBIZA Y DUBAI, A LA CABEZA
Dos de las ciudades con mayor tradición de clubes en todo el mundo se han consolidado como un referente a nivel internacional por la calidad que desprenden sus discotecas. El pódium de esta edición está formado por la discoteca Hï Ibiza, en primer lugar, seguida de Cavalli Club Dubai y de la archiconocida Ushuaïa Ibiza Beach Club.
En la ciudad condal, Shoko Barcelona es la mejor posicionada, habiendo ocupado el puesto número 17. Le siguen Opium (21º), Pachá (56º), Input High Fidelity (73º) y Carpe Diem Lounge Club (77º) y, en último lugar El Row, uno de los festivales más conocidos por todos los amantes de este tipo de ambientes.
UNA DISTINCIÓN EN PLENA CRISIS DEL PUERTO OLÍMPICO
La distinción de estos locales como algunos de los mejores del mundo contrasta de manera notable con la decisión del Ayuntamiento de Barcelona de no renovar las concesiones de todas las discotecas que se encuentran en el Frente Marítimo con el objetivo de convertir a toda esa zona en un espacio de ocio, pensado especialmente para el disfrute de las familias, los vecinos de Barcelona y los visitantes de la misma.
Si se termina confirmando la noticia, discotecas como Shoko, Opium, Pachá y Carme Diem, que tienen su ubicación en este mismo lugar, podrían estar en peligro de desaparecer, ante la obligación de tener que cambiar de ubicación.