La Fiscalía de Medio Ambiente de Barcelona tiene abiertas tres investigaciones por el transporte y vertido contaminante de residuos sanitarios de Covid-19, procedentes de hospitales y residencias de ancianos, por parte de empresas dedicadas a la gestión de desechos.

Las diligencias las ha abierto el fiscal de Medio Ambiente, Antoni Pelegrín, a raíz de atestados presentados por el Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil tras descubrir al menos tres vertidos incontrolados de residuos que podrían contener restos de coronavirus, entre ellos mascarillas o incluso material sanitario con rastros de sangre.

Las investigaciones derivan del oficio que el fiscal de sala de Medio Ambiente, Antonio Vercher, dictó en plena pandemia de coronavirus para pedir a los miembros del ministerio público que extremaran la vigilancia sobre la gestión de los residuos sanitarios generados.

IRREGULARIDADES EN EL TRANSPORTE Y EN EL VERTIDO

La Fiscalía de Barcelona encargó ese cometido a la Guardia Civil y a los Mossos d'Esquadra, lo que ha permitido descubrir irregularidades en el transporte de los residuos sanitarios de Covid-19 -que deberían ir en vehículos especiales, sin mezclarse con otros tipos de basuras- y su vertido posterior, sin ningún tipo de tratamiento específico.

En uno de los casos investigados, los restos de coronavirus, que tendrían que ser incinerados o ser objeto de un tratamiento para evitar su potencial contaminante, fueron arrojados directamente en un vertedero de basura al aire libre.

DOS DELITOS MUY GRAVES

Según Pelegrín, de confirmarse las irregularidades denunciadas por la Guardia Civil, los responsables de la gestión de los residuos sanitarios podrían haber incurrido en un delito contra los recursos naturales e incluso contra los derechos de los trabajadores, por haber expuesto a los operarios al contacto con los desechos contaminantes sin la protección adecuada.

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