El Gran Teatre del Liceu ha abierto esta noche temporada con un concierto en el monasterio de Montserrat con el que, bajo el lema "Del dolor a la esperanza". Según ha remarcado la dirección del teatro barcelonés, quería enviar un mensaje "de esperanza a la humanidad que hemos de construir juntos".



El concierto ha contado con la dirección de Josep Pons y con las voces de la soprano Nadine Sierra, la mezzosoprano Elina Garanca, el tenor Xabier Anduaga, el bajo Tareq Nazmi, la Escolania de Montserrat y la Orquesta Sinfónica y el Coro del Liceo.

EL DOLOR DE LOS QUE YA NO ESTÁN

Pons ha explicado que querían transmitir "el dolor de aquellos que ya no están, pero con la esperanza de que, a partir de ahora, la humanidad lo puede hacer mejor" y, para ello, el mejor lugar que han encontrado ha sido la montaña de Montserrat y su abadía.



“En este momento de gran preocupación, Montserrat y el Liceo querían expresar la confianza en los valores de la cultura para mirar adelante con ilusión. No nos debemos detener y, al inicio de una temporada en la que hemos de seguir creciendo, afirmamos que la música y el arte son entornos seguros para sentirnos mejor", ha querido subrayar el presidente del Liceo, Salvador Alemany.

MONTSERRAT, UNA PUERTA A LA ESPERANZA

El abad Josep Maria Soler, por su parte, ha concluido que "Montserrat ha sido, desde hace siglos y aún lo es, una puerta abierta a la esperanza. La naturaleza y la espiritualidad se hermanan para ofrecer a todo el mundo un amparo en el camino de la vida".



El estreno de la adaptación de Virgencita, de Arvo Pärt, ha abierto la velada, en la que también se ha podido escuchar el Réquiem de Mozart y la última parte de la Novena Sinfonía, de Beethoven.

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