Cataluña ya tiene el primer bosque de mariposas en un espacio público. Lo ha creado el Ayuntamiento de Malgrat de Mar en dos áreas distintas del municipio, ubicadas en el Parc del Castell y en el Pla de Pineda, a poco más de una hora de Barcelona, tanto en coche como en transporte público.

Entre ambas localizaciones cuentan con una superficie total de 600 metros cuadrados, en los que se va a favorecer el hábitat idóneo para que se instalen y reproduzcan los lepidópteros. Con este fin ya se han comenzado a plantar algunas especies autóctonas que atraen a las mariposas, como el romero, el tomillo, la salvia, la lavanda o la caléndula.

Desde el área de Medio Ambiente, que impulsa el proyecto, recuerdan que las mariposas son bioindicadores de la calidad ambiental, por lo que son importantes en la lucha contra el cambio climático. Además aportan beneficios al entorno natural porque son grandes polinizadoras y ayudan a que haya más espacios verdes.

ATRACCIÓN TURÍSTICA

Este plan de biodiversidad, llamado –como no puede ser de otra forma– Bosc de Papallones, nace vinculado a Zerynthia, la Asociación Española para la Protección de las Mariposas y su Medio; y cuenta igualmente con la participación del área de Turismo del pueblo, que espera atraer un mayor número visitantes, particulares y centros educativos, interesados en sus nuevos vecinos voladores.