Una dama modernista en la calle Joan Gamper

“1909”, se puede leer en el medallón colocado sobre la puerta de entrada de la casa ubicada en el número 37 de la calle de Joan Gamper, una de las dos únicas supervivientes al devenir del tiempo, que resisten en el tramo que va de Anglesola hasta Can Segalar. Desde su construcción, ha sido testigo de varios cambios de nombre de la calle que, hasta que adquirió oficialmente el del fundador del F.C. Barcelona, en 1947, se llamó de la Exportación, Crisantemos, San José...

Esta vieja dama no puede decir que se conserva bien para la edad que tiene. Por los adornos desgastados, los desconchones y las manchas negruzcas aquí y allá, parece que hace tiempo que descuidó su imagen para concentrarse, simplemente, en seguir en pie. Pero... Quien tuvo, retuvo.

SENCILLA, PERO MODERNISTA

La fachada consta de dos cuerpos: uno más estrecho y alto, donde se encuentra la puerta de entrada, y otro, mucho más ancho, donde se abren tres ventanas iguales. El acabado es de estuco e imita sillares. Es una casa sencilla, de una sola planta, y nada ostentosa para el estilo arquitectónico al que pertenece, pero los relieves florales que decoran todas las aberturas y el coronamiento con cornisa mixtilínea –combina líneas rectas y curvas– la delatan: es modernista.

Y ahí está, con toda su modestia, convertida en testigo de la transformación urbanística de la zona. A la sombra de los enormes edificios que se levantan unos metros más allá, en la frontera que separa el núcleo antiguo de Les Corts de la zona más nueva, el pasado del presente.

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