La basílica de la Sagrada Família ha acogido este sábado la misa funeral por el eterno descanso del papa emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado día 31 de diciembre.

La misa ha estado presidida por el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, y han participado dos obispos auxiliares, clero y cientos de fieles que han querido asistir, en un acceso que ha sido libre hasta completar el aforo.

También han asistido el cardenal Lluís Martínez Sistach, el director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Carles Armengol, y el teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle.

VISITA A BARCELONA

En su homilía, Omella ha recordado a Benedicto XVI por su visita a Barcelona en 2010, cuando consagró el templo de la Sagrada Família como basílica y acudió a un centro escolar para personas con discapacidad dependiente de una congregación católica.

También ha rememorado que al papa emérito le gustaba la liturgia "porque nos ayuda a adentrarnos en el misterio de Dios", y ha elogiado su gran capacidad intelectual y el gran valor que concedía a la plegaria. "Era un hombre discreto, humilde, culto y tímido que defendía los valores del Evangelio con valentía y también con respeto", ha considerado Omella.

El cardenal ha reconocido también que el recientemente fallecido papa emérito ha sabido "hacer un verdadero diálogo entre la fe y la cultura de nuestro tiempo".

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