Alerta barceloneses. La Associació Catalana de Empreses de Salut Ambiental de Catalunya (ADEPAP) ha detectado la presencia de una especie de garrapata que puede ser una potencial transmisora de enfermedades como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. De momento, en Catalunya no se ha notificado ningún caso de contagio a humanos.
LA ENFERMEDAD
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una de las patologías transmitidas por las garrapatas con mayor extensión mundial. Actualmente se considera una enfermedad emergente en países de Europa oriental. Según los datos del CatSalut, en España se detectó la circulación del virus en garrapatas en 2010 y los primeros casos en personas se notificaron en 2016.
Desde la ADEPAP admiten que los sistemas y las redes de vigilancia sanitaria como los protocolos de actuación están activados. “La experiencia nos dice que las especies invasoras llegan, se instalan y se extienden, como el mosquito tigre o la avispa asiática”, afirma Quim Sendra, presidente de la ADEPAP. Por eso, advierte que podría ocurrir lo mismo con esta garrapata vector de transmisión de la fiebre Crimea-Congo.
¿CÓMO SE TRANSMITE?
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una enfermedad que circula entre animales y entre las garrapatas. Muchos mamíferos pueden transmitir el virus a las garrapatas cuando lo tienen en la sangre. El virus se transmite a las personas sobre todo por la picadura de garrapatas. El contagio también puede producirse por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados. También puede haber transmisión entre personas en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales.
El período de incubación en el caso de la picadura de garrapata es de uno a tres días, con un máximo de nueve días. Tras el contacto con sangre o tejidos infectados, la incubación será de cinco o seis días.
SÍNTOMAS
Los síntomas son fiebre, dolor muscular, mareo, dolor y rigidez de cuello, dolor de cabeza, irritación de los ojos y fotofobia. También puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, cambios bruscos de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad.