¿Sabes cuál es la calle más corta de Barcelona? Está en el barrio del Born de la capital catalana. Mide menos de cuatro metros y su historia data del siglo XX.
Se trata de la calle de la Anisadeta, ubicada al lazo de la basílica de Santa Maria del Mar. Su nombre proviene de una taberna llamada la Nisadeta, que estaba en la emblemática calle de este barrio. El establecimiento era de los más famosos de la zona hace 13 siglos, ya que servían anís a los pescadores del puerto.
ANTES ERA MÁS LARGA
Antes, la calle era un poco más larga, pero acabaron derribando parte de una vivienda que había en dicha ubicación con un voladizo, una técnica usual en la ciudad en ese entonces. Esa decisión se tomó para aumentar el número de barceloneses dentro de la muralla. La calle de las Caputxes, justo al lado, sigue manteniendo esta estructura medieval.
Una leyenda urbana explica que en esta calle, había una joven que vendía anís en la zona y que todos los pescadores y trabajadores de la zona estaban enamorados de ella. Le proponían matrimonio infinidad de veces y, de repente, desapareció sin dejar rastro. A partir de ahí empezaron los rumores: desde una fuga voluntaria hasta un secuestro de un hombre que estaba obsesionado por ella.
La leyenda cuenta que esta mujer dejó huella en el barrio y le pusieron este nombre para recordarla para siempre.
LA NISADETA DESAPARECE
A pesar de que la Nisadeta fue un sitio muy importante para la capital catalana, acabó desapareciendo en el siglo XII, ya que cambiaron su ubicación llevándola a unas barracas al lado de la catedral de Santa María del Mar.
Actualmente, la calle de la Anisadeta es uno de los puntos de atracción turística más curiosos de Sant Pere, Santa Caterina y Ribera. Solo tiene un edificio, un bar y un número.