El club de costureras del Ikea de Sabadell durante una de sus reuniones / GALA ESPÍN

El club de costureras del Ikea de Sabadell durante una de sus reuniones / GALA ESPÍN GALA ESPÍN Barcelona

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Las tejedoras del Ikea de Sabadell, las pioneras de una moda que se expande por toda España

Decenas de mujeres se reúnen cada viernes por la tarde en el gigante sueco del Vallès para coser juntas, una tendencia que se ha replicado en varios establecimientos del país

31 octubre, 2023 23:30
Alba Gibert Gala Espín

Tejer es una actividad relajante y desestresante, y más si se hace en compañía. Se suele relacionar como algo propio de la tercera edad, pero el club de tejedoras de Sabadell hace casi cinco años que ha desmentido este mito. Quedan cada viernes por la tarde en la zona de coworking del Ikea más grande de España, ubicado en el polígono industrial de la capital vallesana. "Nos encanta tejer acompañadas. Cuando te acostumbras a venir cada semana, ya no haces otros planes y se crea un vínculo de amistad", dice Maria Garcia, una de las participantes del proyecto que se está poniendo de moda en toda España.

Todo empezó en enero de 2019, cuando una de las tejedoras publicó un anuncio en redes sociales para que las aficionadas al mundo de la costura se unieran para hacer ganchillo en compañía. Decidieron que el lugar de reuniones sería el Ikea de Sabadell, ya que dispone una amplia zona de mesas ideales para este tipo de actividades. Además, tiene parking gratis, convirtiéndose en la ubicación perfecta para las amantes de la costura. Se denominan a ellas mismas las Tejeamigas del Vallès y su iniciativa ha resultado ser todo un éxito. En San Sebastián de los Reyes (Madrid), en Sevilla y en La Laguna (Tenerife) han seguido el legado de las costureras de Sabadell y organizan quedadas semanales en el Ikea para tejer en compañía.

'ES UNA PRÁCTICA MUY ENRIQUECEDORA'

Con la pandemia del coronavirus, tuvieron que paralizar temporalmente las reuniones. No obstante, encontraron la manera de seguir practicando su hobby juntas. "Hacíamos reuniones por Zoom todos los viernes a la misma hora", dice Garcia. Cuando se acabaron las restricciones, volvieron las quedadas en el Ikea, una tradición que aún perdura y que viene acompañada de muchas otras actividades: "Es una práctica muy enriquecedora. No solo cosemos, aquí se generan todo tipo de debates y aprendemos las unas de las otras", dice una de las tejeamigas

Las Tejeamigas del Vallès en una de sus quedadas en el Ikea de Sabadell / GALA ESPÍN

Las Tejeamigas del Vallès en una de sus quedadas en el Ikea de Sabadell / GALA ESPÍN GALA ESPÍN Barcelona

Las reuniones son cada viernes de 17:00 a 21:00 horas, aproximadamente. Hay mujeres de todas las edades que comparten la misma pasión por el mundo de la costura. Aunque se trata de una actividad asociada a las mujeres, en el club de tejedoras también son bienvenidos los hombres. Las únicas condiciones que hay son el trato respetuoso con las integrantes y las ganas de pasarlo bien. La experiencia tampoco es un problema, ya que hay tejedoras de todos los niveles: "Nos ayudamos y nos damos consejos entre nosotras y eso hace sea aún más gratificante", dicen las aficionadas al ganchillo.

COSTURERAS Y 'YOUTUBERS'

Los lazos que se crean en el Ikea de Sabadell acaban dando pie a otro tipo de proyectos, como viajes y organizaciones de eventos enfocados a la costura. Muchas de las asistentes son todas unas expertas en la materia. Es el caso de Cristina Carbó, que además de ser una tejeamiga, también es youtuber, responsable del canal Un café entre madejas: "Cuento mis aventuras en el mundo del tejido. Hago recomendaciones si asisto a algún festival de lanas y doy consejos y tips para los amantes del ganchillo", dice en unas declaraciones a este digital.

Una costurera del club de ganchillo del Ikea de Sabadell muestra una de sus prendas / GALA ESPÍN

Una costurera del club de ganchillo del Ikea de Sabadell muestra una de sus prendas / GALA ESPÍN GALA ESPÍN Barcelona

Y es que tejer no es tan fácil como parece. Tal como explican las miembros del club de costura, detrás de cada prenda hay muchísimo trabajo. La inclusión de detalles como bordados, apliques, cierres, botones y otros acabados personalizados necesitan su tiempo. En la iniciativa de las Tejeamigas del Vallès hay muchas horas de dedicación y pueden llegar a tardar meses en perfeccionar las piezas. Preguntadas por si se plantean vender sus prendas, para ellas no es una opción: "Lo que hacemos aquí no tiene precio. Son tantas horas de trabajo que no sería rentable. Además, el ganchillo es nuestro hobby, si sacáramos un rendimiento económico de ello, dejaría de tener sentido".

EL IKEA, LA SEDE DE LAS TEJEAMIGAS DEL VALLÈS

Por otra parte, para Ikea, es todo un honor ser el lugar de reunión de las Tejeamigas del Vallès: "Es un placer albergar iniciativas de este estilo, ofrecerles ese lugar para reunirse y que puedan sentirse como en casa, nunca mejor dicho. De hecho, este club va a celebrar su quinto aniversario próximamente y, desde Ikea, estaremos encantados de aportar nuestro granito de arena para que este grupo de personas puedan celebrarlo de manera diferente. Incluso nos ofrecemos a ser un espacio en el que puedan exponer su artesanía", explica Belén Mujica, Customer Relation Manager del gigante sueco. 

Las Tejeamigas  del Vallès en su quedada semanal en el Ikea de Sabadell / GALA ESPÍN

Las Tejeamigas del Vallès en su quedada semanal en el Ikea de Sabadell / GALA ESPÍN GALA ESPÍN Barcelona

Para Ikea es muy importante involucrar a sus clientes en todo lo que hacen. "Por eso buscamos conectar emocionalmente con ellos a través de la generación de contenidos inspiradores, de experiencias memorables con nuestro Club Ikea Family o incluso ofreciéndoles un lugar donde crear experiencias juntos, como es el caso del club de tejedoras. En el pasado también habíamos albergado un espacio en el restaurante para concursos de ajedrez o al grupo de madres emprendedoras Mompreneur. Así que para nosotros es un placer poder ser un lugar referente para actividades de este tipo que ayudan a la comunidad", concluye Mujica.