En el número 247 de la calle Rosselló, un conjunto de figuritas de papel se alinea de manera organizada en la franja que adorna la imponente puerta de madera que proporciona acceso al edificio, evocando los primeros versos de aquel poema de García Lorca: "¡Oh, pajarita de papel!/ Águila de los niños./Con las plumas de letras, sin palomo y sin nido". Aunque estas figuritas parecen haber encontrado su hogar en un lugar singular: la Casa Baldomer Rovira, no tienen intenciones de emprender el vuelo.

El edificio lleva el nombre que figuraba en el permiso de construcción, aunque el propietario registrado al final es Agustí Manaut, un destacado hombre de negocios que comenzó como corredor de comercio y se convirtió en un influyente banquero. Lo cierto es que este edificio, a simple vista, es el único bloque de apartamentos que se puede atribuir al arquitecto Andreu Audet, reconocido por ser el autor del Hotel Colón en la plaza de Catalunya. No hay dudas sobre la autoría, ya que su firma queda plasmada en la fachada.

ESTILO

Este edificio, enclavado entre medianeras y construido en 1899, exhibe un estilo ecléctico, aunque el modernismo se insinúa audazmente en algunos detalles, como la ornamentación esculpida de tipo floral que enmarca la entrada y se desborda en las barandas de piedra de algunas ventanas y en la imponente tribuna, que ocupa el centro a la altura de los dos primeros pisos. Más allá de esta tribuna, la vista se pierde en el remate, donde ocho ménsulas esculpidas con forma de bestias aladas sostienen por parejas cuatro cúpulas voluptuosas. Estas cuatro cúpulas están unidas por una espectacular barandilla que alterna elementos de piedra y hierro.

Balcón de la Casa Baldomer Rovira INMA SANTOS

Si por casualidad encuentras la puerta abierta, vale la pena asomarse. El modernismo también florece en el vestíbulo. Los motivos florales se despliegan por las paredes, adornando la intersección entre las baldosas y acumulándose en la parte superior, creando una cenefa original que, como un encaje, corona todo el perímetro del vestíbulo. Las flores también son las protagonistas en el espectacular artesonado del techo, decoran las columnas que enmarcan la escalera y la parte superior de la vidriera policromada. ¡Las figuritas de papel en la entrada han hallado un jardín perfecto y no tienen intención de emprender el vuelo!