Barcelona dispone de infinidad de lugares interesantes a visitar a poco tiempo en coche o transporte público. A pesar el ritmo acelerado y la gran variedad de opciones para llevar a cabo en la capital catalana, es común sentir esa necesidad de alejarse de las grandes urbes, bajar revoluciones y disfrutar de un ambiente más relajado. Aprovechando la época de Navidad, un pueblo a menos de una hora ofrece una feria gastronómica de uno de los platos más icónicos de estas fechas: la escudella catalana.
Se trata de Santa Maria de Palautordera, una población de menos de 10.000 habitantes ubicada en el Vallès Oriental. Este lugar es ideal para hacer una única parada en el camino, pero también para pasar un fin de semana y disfrutar de atractivos como el Parque del Arboretum, un espacio de exposición de hasta 80 especies vegetales y varias especies animales que se encuentran en el cercano macizo del Montseny.
IGLESIA MEDIEVAL
También se puede apreciar la Iglesia parroquial de Santa Maria de Palautordera, una edificación que data de mediados del siglo XVI. No obstante, esta construcción oculta vestigios del año 1040 y combina los estilos románico y gótico tardío.
En la Plaza de la Vila se celebran mercados de productos de proximidad todos los sábados, una fantástica oportunidad para descubrir lo mejor que ofrece la gastronomía local.
FERIA NAVIDEÑA
Y siguiendo con la oferta gastronómica, este fin de semana el pueblo ofrecerá una feria de la escudella catalana, el plato navideño más icónico en el Principado. Además de una cata de este producto, el pueblo se llenará de actividades, como espectáculos pensados para toda la familia, música en directo, el Tió y un pesebre viviente.
Además, Santa Maria de Palautordera, con sus restaurantes y alojamientos, es una parada casi obligatoria en el camino para los amantes del senderismo. Y es que el pueblo ofrece una gran cantidad de itinerarios que pasan por los bosques cercanos y algunos de los lugares de interés, como la zona del Río Seco, la fuente de los Enamorados o de San José, entre otras. Por otro lado, es el lugar ideal para parar a comer y reponer fuerzas tras un día disfrutando del Montseny.