Barcelona tiene raíces que se remontan a la época romana, cuando fue fundada como "Barcino" en el siglo I a.C. por el emperador Augusto. Durante la Edad Media, la ciudad experimentó el auge comercial y cultural, y en el siglo XV se unió a la Corona de Aragón.
LA HUELLA ROMANA EN BARCELONA
La huella del imperio romano en la ciudad es más que evidente y muchos de los barceloneses tienen apellidos que podría indicar la pertenencia a estos antepasados.
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Roma: podría tener un origen autóctono o bien ser una adaptación de "Romanus". Este apellido, además de reflejar una conexión con Roma, destaca la evolución de los nombres a lo largo de la historia.
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Ferré: También se vincula con la antigua Roma, derivando posiblemente de "Ferrarius", relacionado con trabajadores del hierro y la metalurgia, oficios esenciales en la sociedad romana.
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Capdevila: Puede asociarse con "Caput Vila" en latín, indicando la presencia de una villa o asentamiento romano en la zona.
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Román: Este apellido parece derivar directamente de "Romanus" en latín, que significa "romano" en español.
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César: Relacionado con el título imperial romano, el apellido César podría tener conexiones con familias que se identificaron con el poder o las instituciones romanas.
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Legio: Aunque menos común, apellidos como "Legio" podrían tener vínculos con la palabra latina "legio", que significa "legión", la unidad militar básica de la antigua Roma.
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Aurelius: Adaptado de "Aurelius" en latín, este apellido podría tener conexiones con la familia imperial romana y reflejar un linaje noble.
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Lavinia: Este apellido podría derivar de "Lavinia", un nombre femenino en la mitología romana asociado con la fundación de Roma por Eneas.