Una nueva borrasca amenaza a Barcelona. Bautizada como Karlotta, este temporal dejará precipitaciones débiles en la capital catalana a partir de este viernes, una situación que podría alargarse durante todo el fin de semana. Además, los expertos contemplan un leve descenso de las temperaturas.
Lo cierto es que, a partir de este viernes, una masa de aire frío se posará sobre la ciudad y los municipios metropolitanos, provocando la llegada de temperaturas más propias del mes de febrero, con mínimas de seis grados.
Precipitaciones débiles
Barcelona despide la semana con lluvias. Así ha amanecido este viernes la ciudad, que durante toda la jornada estará marcada por los cielos nublados y precipitaciones débiles. Según informa la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) se mantendrá así durante toda la jornada, aunque las precipitaciones podrían cesar a partir de la tarde. Respecto a las temperaturas, se registrarán mínimas de 12 y máximas de 16 grados.
Después de varias semanas con una temperatura impropia del mes de febrero y tras declarar la emergencia por sequía ante la falta de lluvia, el Carnaval en la capital catalana estará pasado por agua. Este fenómeno, que por el momento no pondrá en peligro la celebración de las rúas, se debe a la llegada de la borrasca Karlotta.
Tiempo el fin de semana
Para este sábado se mantiene el aviso por precipitaciones, con un 50% de probabilidades. Las temperaturas seguirán en descenso, con mínimas de 9 y máximas de 15 grados, las más bajas de la semana, según pronostican los expertos. El domingo se prevé una jornada marcada por el frío, aunque sin lluvias. El lunes de la semana que viene, aunque tampoco se esperan precipitaciones, será el día más frío de la semana, con mínimas que alcanzarán los seis grados.
Alerta por sequía en Barcelona
La lluvia llega cuando Catalunya vive uno de los episodios de sequía más graves de su historia. La Generalitat anunció el pasado 1 de febrero la entrada en fase de emergencia. Entre las zonas más castigadas se encuentra el área metropolitana de Barcelona, donde las reservas de agua han caído en picado. Los barceloneses se preparan para reducir el consumo de agua en sus casas.