Kim Ho-Yeon sonríe, mira a su interlocutor con delicadeza, aunque sabe que necesitará a la traductora para entender sus palabras pronunciadas en coreano. Su novela, La asombrosa tienda de la señora Yeom (Duomo), con la traducción a cargo de Ainhoa Urquia, es un fenómeno de ventas en Corea del Sur, con más de un millón de ejemplares vendidos. Y lo que ofrece Kin Ho-Yeon es “empatía”, el mensaje de que las distintas generaciones deberían colaborar de forma más estrecha, comprendiendo a los más jóvenes, que, en su país, sufren una enorme presión para llegar a lo más alto, con horas y horas de estudio. Tal vez por ello, el escritor paladea con intensidad su estancia en Barcelona. Conoce bien la ciudad. Su luna de miel fue en Barcelona, en 2015, en un viaje en el que incluyó otras ciudades españolas, como Granada. Sin embargo, “Barcelona es distinta, tiene una luminosidad propia, es muy hermosa y es una ciudad sin prejuicios, que no juzga al diferente, algo que los coreanos valoramos mucho, por eso nos encanta”.
El comentario no es producto de un enamoramiento de verano. Los coreanos han puesto sus ojos en la capital catalana y se acaba de producir un hecho insólito, producto de la importancia de las redes sociales. Una churrería en Ciutat Vella es motivo de peregrinación de miles de coreanos, después de que Jisoo, cantante del famoso grupo coreano BlackPink, mostrara a sus 68 millones de seguidores un vídeo en el que aparecía comprando y degustando los churros de la churrería San Román, en la calle Banys Nous del Barri Gòtic. La popularidad ha llegado a tal extremo que Kim Ho-Yeon hace referencia al acuerdo que se ha establecido entre diferentes empresarios para abrir a principios de mayo varios establecimientos en Seúl con la fórmula catalana de los churros de San Román.
Pero lo que cuenta este novelista, dramaturgo y escritor de cómics es una historia muy humana, consciente de las diferencias que existen entre el mundo coreano y el occidental, de un país como España. “Lo que deseaba reflejar en la novela es la importancia de la bondad, de cómo una persona adulta, con experiencia, sabe tratar a un joven que necesita una segunda oportunidad”, señala. Se trata de la señora Yeom, una ex profesora, que regenta una tienda de 24 horas, que es capaz de acoger a un joven que ha tenido graves problemas con el alcohol, y que, pese a no tener grandes dotes, a priori, para dirigirse al público, tiene la oportunidad de lograr un trabajo, en la tienda, y de empatizar con los clientes.
Es, sin embargo, otra lectura la que ha ido cobrando importancia, gracias a los propios lectores, y es el necesario diálogo intergeneracional, la petición de los más jóvenes de recibir un trato distinto, sin tanta presión. Cuando observa las calles de Barcelona, Kim Yo-Yeon ve otra realidad, más abierta, “sin prejuicios”, una ciudad que, a su juicio, puede permitir una realización personal distinta. Asume la mirada que se tiene desde España hacia Corea del Sur, y señala que para los jóvenes sólo se ha marcado un camino: estudiar, ir a la universidad, casarse y formar una familia”. Pero que debería haber algo más, mucho más. Con ello, aunque no lo define de forma concreta, toma partido por las posiciones que expresan algunos expertos, como el politólogo Michael Sandel, cuando reclama que haya oportunidades para todos aquellos que no siguen las reglas ortodoxas, que, a priori, están marcadas por la meritocracia. Si no se consigue llegar la universidad, ¿es una condena de por vida? “Debe haber vida más allá de ese camino, y la hay claro, pero hay que saber valorarla”, señala el autor de La asombrosa tienda de la señora Yeom.
En el avión desde Seúl, Kim Ho-Yeon ha llegado con muchos compatriotas. Barcelona gusta en Corea del Sur, y el nombre de Gaudí está en boca de todos. El escritor reconoce que su país también está de moda, porque el gobierno ha ayudado para que la creación tenga un mercado internacional. Su millón de ejemplares vendidos ha provocado el interés de países como España, y la editorial Duomo ha editado su libro. La Casa Asia y el Centro Cultural Coreano de España han colaborado y patrocinado el viaje del autor, y todo se dispone para multiplicar los efectos de una cultura asiática que ha dado lugar a fenómenos como la película Parásitos o la serie el Juego del Calamar. También la música es objeto de culto. De hecho, los creadores coreanos se retroalimentan y el ídolo k-pop Seungmin, del grupo Stray Kids, ha leído el libro de Kim Ho-Yeon, recomendado su lectura en las redes sociales.