En la montaña de Collserola se esconde uno de los secretos mejor guardados de Antoni Gaudí: la Torre Bellesguard. Una residencia particular edificada sobre restos medievales que fue un palacio de reyes y refugio de bandoleros.

El prestigioso arquitecto alzó un domicilio para una familia en los restos del castillo medieval del rey Martín el Humano que en el siglo XVIII acogieron también al bandolero Serrallonga.

Historia de la Torre 

A pesar de tener unas formas rectilíneas muy alejadas de las sinuosas curvas de la arquitectura modernista de Gaudí, lo cierto es que la Torre Bellesguard es uno de los mejores ejemplos de innovación arquitectónica del artista. Jaume Figueras, comerciante e íntimo amigo de Gaudí, quería construir una residencia para su familia en un enclave único y lleno de significado político.

La Torre Bellesguard METRÓPOLI

Bien de interés cultural

Gaudí diseñó una residencia inspirada en el antiguo castillo, de líneas muy rectas, y aprovechó algunos restos del viejo palacio para diseñar el jardín de la finca. El resultado fue una impresionante torre con toques muy gaudinianos, como el uso de los forjados, los bancos de mosaicos de cerámica, los coloridos ventanales y las cenefas de ladrillos.

Además, hay un detalle que destaca entre el resto de decoraciones: las cañerías en forma de hiedra.

¿Cuándo visitarla? 

Actualmente de propiedad privada, la Torre Bellesguard, declarada bien de interés cultural desde 1969, abre sus puertas en visitas guiadas para poder disfrutar de la majestuosidad de sus salas, del tranquilo jardín o de las vistas espectaculares.

El horario de las visitas es el siguiente: de martes a domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas. El precio de las entradas oscila entre los 9 euros (entrada general) y los 7,20 euros (mayores de 65 y menores de 8 a 18 años).