Protegido por la reja y el jardín que lo rodea, se levanta un edificio imponente que parece talmente una fortaleza. Se trata de una joya del artista Antoni Gaudí que pasa desapercibida para muchos.
Es el Colegio de las Teresinas, en Sarrià-Sant Gervasi. Es una gigantesca escuela que desde hace 125 años desarrolla la tarea docente para la que fue concebida, y actualmente ofrece todos los niveles de enseñanza, desde P3 hasta bachillerato. Es una escuela concertada y, desde finales del siglo pasado, mixta.
Recuerda a un castillo
Gaudí se hizo cargo del proyecto cuando los cimientos del edificio ya estaban hechos. Por este motivo, decidió respetar la estructura original de planta cuadrada, en la que dio forma de castillo en referencia a una de las obras de Santa Teresa de Jesús.
Al contrario que en otros encargos, Gaudí tuvo que ceñirse a un presupuesto relativamente bajo, lo que explica el uso de ladrillo en lugar de piedra, las paredes de yeso del interior o la decoración moderada.
Un edificio del siglo XIX
Pese a que el voto de pobreza de la orden impedía levantar un edificio ostentoso, el resultado fue una construcción de tamaños gigantescos y con no pocos elementos decorativos, con lo que distó mucho de ser modesta. El arquitecto más prolífico del modernismo catalán es famoso por las personalísimas soluciones arquitectónicas y también por el simbolismo de los elementos utilizados.
El Colegio de las Teresianas no es una excepción, y así lo demuestran el uso de arcos parabólicos y la decoración de carácter religioso del exterior. Las columnas helicoidales, las rejas de hierro forjado y las cruces de cuatro brazos (cruces tridimensionales) también son una marca personal del genio catalán. Gaudí terminó la obra en 1889, y desde 1969 el edificio es Bien de Interés Cultural.
El Colegio de las Teresitas no se puede visitar a excepción de las jornadas de puertas abiertas que realizan a lo largo del año para los nuevos estudiantes.