Se acercan las vacaciones de Semana Santa y uno de los planes preferidos es hacer una escapada de fin de semana. Los barceloneses buscan lugares tranquilos y alejados del bullicio de la gran ciudad para descansar y desconectar de su rutina. Es habitual visitar pequeños pueblos con encanto cerca de Barcelona, con rutas de senderismo e incluso castillos medievales. Es el caso de un pueblo a una hora de la capital catalana que tiene un curioso castillo que se sostiene sobre una roca. 

Castillo de Interés Nacional

Es Castellcir, en la comarca del Moianès, en el Vallès Oriental. Con una población que no llega a los 800 habitantes, es un pequeño pueblo ideal para visitar en Semana Santa. Uno de sus atractivos es su castillo medieval, el Castell de Castellcir. Es un monumento histórico inscrito en el registro de Bienes Culturales de Interés Nacional del patrimonio catalán. El recorrido para acceder al castillo sale del casco antiguo de la localidad, cerca de la vieja iglesia parroquial de Sant Andreu.

El castillo de Castellcir sobre la roca WIKIPEDIA

Historia

Documentado desde el año 1014, su principal función era la defensa del valle de la riera de Castellcir - el Tenes. Popularmente, es conocido por castillo de la Popa, nombre alusivo a la forma del peñón que le hace de base, el cual le confiere un aspecto espectacular.

Originariamente era la dinastía de los Castellcir quien regentaba los derechos sobre la fortificación. De ellos pasó a Guillem Ramón de Òdena, en 1107, para años después, en 1294, regresar a manos de los Castellcir. La titularidad volvió a cambiar de nombre en tres ocasiones más, siendo Federico Torelló i Cendra su último propietario documentado en el año 1942.

En la actualidad el Castillo de Castellcir es un área de 570 metros cuadrados de ruinas, formadas por lo que antes eran las murallas, la capilla de Sant Martí de la Roca y un edificio principal de dos plantas. Una fortaleza a la espera de ser restaurada o sucumbir definitivamente y que pueden contemplar todos aquellos que cojan el sendero de cuatro kilómetros que parte del pueblo de Castellcir.

Leyendas y mitos

Se han publicado varias leyendas sobre el castillo. Una de ellas explica que la construcción medieval tenía una salida subterránea que daba paso a otro lugar unos kilómetros más allá, donde había una gran torre. Ésta era conocida con el nombre de la Torrassa y pertenecía a los condes de Llar. La gente, llena de curiosidad, se adentraba, pero el fuerte viento apagaba las antorchas. Pasaron muchos años, y los campesinos taparon el agujero porque siempre se perdían corderos y cerdos. No se sabe nada a ciencia cierta, pero se dice que en la Torrassa hay un cordero de oro enterrado.