Cuando el empresario británico William Lyons emprendió la aventura de Jaguar, tuvo claro que los vehículos producidos bajo su firma debían ofrecer buenas prestaciones acompañadas de diseños únicos. La marca, nacida en el periodo de entreguerras y asentada en la ciudad inglesa de Coventry, trabajó con esta máxima a lo largo de los años, por lo que se convirtió en un referente automovilístico fiel a la elegancia británica y pionero en innovaciones tecnológicas. Con esta carta de presentación, la compañía no tardó en ganar adeptos a nivel europeo y mundial.
Barcelona no quedó al margen de la influencia de la marca. La compañía británica recabó su público en la capital catalana, que adquirió sus automóviles desde mediados del siglo pasado en adelante. El paso del tiempo convirtió estos coches en clásicos y, a principios de los 80, Nicolás Cabrisas abrió en la ciudad el primer taller especializado en la firma. Mendieta Sports Car inició una andadura centrada en el servicio técnico y restauración de automóviles Jaguar, un éxito que en 1991 le llevó a crear un colectivo dedicado a propietarios de estos coches: Jaguar Club Barcelona.
Tras cesar su actividad en época de crisis económica, la agrupación de conductores retomó oficialmente su recorrido hace un año bajo la presidencia del empresario alemán Alexander-Phillip Scheffler. Su exitoso retorno se confirmará este fin de semana, cuando los socios celebrarán el primer aniversario de su vuelta con un evento que devolverá su esplendor al primer autódromo de España.
Más de cuatro décadas dedicadas a Jaguar
Cabrisas recuerda a Metrópoli los inicios de Mendieta Sports Car. "Empezamos con todo tipo de coches y luego vimos que los Jaguar eran vehículos con historia. Creíamos que teníamos un producto muy interesante, divertido y coleccionable", explica el propietario del negocio que subió la persiana en 1982, y que ya suma más de cuatro décadas restaurando automóviles de la marca.
El gerente del taller asegura que "Jaguar tiene un toque especial", tanto en materia de diseño como en innovación tecnológica. "Sus coches eran más pequeños, más bajos y más rápidos. Montaban motores XK con dos árboles de levas en cabeza, la primera arquitectura de un motor rápido de carreras", apunta Cabrisas, quien también indica que Jaguar fue el primer fabricante en incorporar "frenos de disco" a sus automóviles.
El responsable del negocio remarca que su "producto es, en un 99%, coches Jaguar que traemos y mantenemos", con una búsqueda de piezas que se realiza "por toda Europa". Respecto a su presencia a nivel internacional, señala que han acudido a "más de 30 ferias".
Proyecto junto a sus clientes
El empresario barcelonés relata que en 1991 oficializó el Jaguar Club Barcelona de la mano de sus clientes. "Nos juntamos con clientes que pensaban como nosotros y formamos el club. Hicimos la inauguración en el circuito de Catalunya y empezamos a hacer salidas. Llegamos a ser 140 socios en pocos años", detalla.
La llegada de la crisis económica en 2008 frenó la actividad del club, que se mantuvo en stand by hasta el año pasado. "Tras unos años en los que no estaba bien visto salir con estos coches, en 2023 nos volvimos a juntar a petición de los propios socios", señala tras recordar que el colectivo ha sido "el primer club de España" dedicado a estos vehículos.
Este sábado, los miembros del Jaguar Club Barcelona protagonizarán su propio Rally Barcelona-Sitges. El recorrido partirá de la capital catalana y les llevará hasta el autódromo de Terramar, en Sant Pere de Ribes. El evento finalizará con una comida en Sitges. "Hemos escogido el único autódromo que queda en Europa, uno de los tres primeros del continente. Nuestro relanzamiento será en un lugar memorable", comenta Cabrisas sobre el circuito.
Más de 1.000 adeptos
Scheffler se encuentra al frente del club en esta segunda etapa. El empresario alemán explica que los socios han decidido "relanzar la marca británica junto a los muchos aficionados que se encuentran en Barcelona y su área metropolitana". El presidente relata que cuentan con 1.150 adeptos, de los cuales un 85% están afincados en la capital catalana y el 15% restante en municipios del entorno. "Prevemos finalizar el año con 1.800 socios", asegura.
Los miembros del club, cuya sede se encuentra en el número 30 de la avenida del Tibidabo, se encontrarán este sábado por la mañana en la cafetería Sandor de Francesc Macià. Desde este punto partirán hacia el histórico autódromo de Terramar, pasando antes por el pantano de Foix. "Reuniremos toda la artillería, será una concentración impresionante", garantiza el portavoz.
Respecto al trato de Barcelona a los vehículos clásicos, Scheffler denuncia la "problemática" derivada de las "restricciones de Colau" bajo el paraguas de la Zona de Bajas Emisiones. En este aspecto, se muestra optimista tras el cambio en la administración local. "Tenemos la inmensa esperanza de que la situación mejore con Collboni con un nuevo reglamento para los vehículos históricos y clásicos, que son embellecedores del paisaje urbano", destaca. En manos del gobierno de la ciudad queda, pues, el tratamiento a unos vehículos que también son patrimonio de Barcelona.