Larga es la historia del metro de Barcelona. El suburbano cumplirá este año 100 años desde que comenzó su funcionamiento. Queda poco de aquellas pocas paradas en el centro de la ciudad articuladas a través de una única línea. En los próximos años, se espera que supere las 200 estaciones.
A lo largo del tiempo, no obstante, algunas de estas estaciones han cambiado de nombre, ya sea por motivos lingüísticos, políticos o de cualquier otra índole. TMB, con motivo de la celebración del centenario, ofrece un repaso a la historia del metro, comenzando por la L1 y destaca cómo se llamaban, hace décadas, algunas estaciones que hoy se conocen por nombres completamente distintos.
Lo primero a tener en cuenta es que, hoy en día, las estaciones han cambiado de idioma, pasando todas del castellano al catalán. En este sentido, hay paradas que mantienen su nombre original, solo que en distinto idioma. Es el caso de las siguientes:
Torras i Bages (Torres y Bages)
Sant Andreu (San Andrés)
Fabra i Puig (Fabra y Puig)
Catalunya (Cataluña)
Universitat (Universidad)
Urgell (Urgel)
Rocafort (Rocafor)
Espanya (España)
Hostafrancs (Hostafranchs)
Mercat Nou (Mercado Nuevo)
Estas estaciones cambiaron de nombre a partir de 1982, cuando se catalanizó toda la nomenclatura de la red del metro. Existen, por otro lado, estaciones cuyo nombre es prácticamente igual. Se conserva la misma esencia, pero se han quitado o añadido elementos. Es el caso de:
La Sagrera (Sagrera)
Navas (Navas de Tolosa)
El Clot (Clot)
Arc de Triomf (Triunfo - Norte)
Plaça de Sants (Sans)
Bellvitge (Bellvitge Rambla Marina)
Por último, quedan unas pocas estaciones cuyo nombre ha cambiado por completo, lo suficiente para que, si ahora alguien viajara en el tiempo, no supiera distinguir la estación a la que se hace referencia. Es el caso de:
Santa Eulàlia (Bordeta - Cocheras)
Hospital de Bellvitge (Feixa Llarga)