En el centro de Barcelona se encuentra un lugar escondido que en su interior se custodian algunas obras del pintor Pere Pruna (1904-1977), discípulo de Picasso. Se trata de la iglesia de Santa Anna, ubicada en el distrito de Ciutat Vella.
Antes de la guerra, Pere Pruna pintó al óleo una Piedad, que se expone en el templo. Y, posteriormente, pintó un par de frescos para la iglesia.
Tres siglos de construcción
La iglesia tardó tres siglos en construirse: se inició en periodo románico y se acabó en pleno gótico. La estructura básica de la planta era románica, pero en el siglo XIV se cubrió la nave con una bóveda de crucería y en el siglo XV se construyó el cimborio. Este fue destruido en un incendio, durante la guerra, y fue reconstruido durante el franquismo.
En este periodo también se ubicó una cruz de término, procedente de Almatret --Lleida--, en la puerta de la iglesia; en 2006 se devolvió la cruz a su ubicación original y se instaló en la placita una réplica. Uno de los elementos más destacables del templo es el claustro, de estilo gótico: un lugar extremadamente tranquilo justo en medio de Barcelona, presidido por una gran palmera y por un pozo.
Cómo llegar
Para llegar a esta iglesia desde la plaza Catalunya hay que introducirse por la calle Rivadeneyra, un pasaje situado entre el Hard Rock Cafe y el Desigual. Este callejón da paso, a la izquierda, a una plaza en dos niveles, la placita Ramon Amadeu, donde se sitúa la iglesia de Santa Anna.
La otra posibilidad es acceder a ella desde la calle Santa Anna, pero quien no esté muy atento puede pasarse de largo, porque la entrada está camuflada en medio de una fachada. Una pequeña y bucólica parada de florista indica el discreto acceso a la plaza.
Sepulcro de Miquel de Boera
En la iglesia de Santa Anna es posible encontrar el sepulcro de Miquel de Boera. Se trata de un caballero nacido en Sant Feliu de Guíxols, que al principio del siglo XVI colaboró con las campañas de conquista del Norte de África que impulsaba Fernando II de Aragón.
Bajo el mando del virrey de Nápoles, Ramon Folc de Cardona-Anglesola, participó en la toma de Mers el-Kebir, Trípoli y Bujía. Una conquista efímera, porque las ciudades tomadas al cabo de poco tiempo volvieron a caer en manos musulmanas. Boera también combatió contra los franceses: en la batalla de Ravenna, en 1512, y en el Rosellón, en la guerra de Italia (1542-1546).