Las calas de aguas cristalinas son todo un reclamo para los bañistas, sobre todo en verano, cuando buscan tranquilidad. A media hora de Barcelona hay una que cumple con todos los requisitos: el azul del mar es claro, está poco transitada, la arena es suave y además, cuenta con un chiringuito donde poder disfrutar de una buena comida con vistas a la playa.
Hablamos de la Cala Ginesta, entre Castelldefels y Sitges, que recuerda a un pequeño rincón de la isla de Menorca.
¿Cómo llegar a la Cala Ginesta?
Llegar hasta esta escondida cala es muy sencillo. A pesar de estar un poco apartada de la civilización, se puede acceder tanto en coche como a pie o en transporte público. Tan solo hay que desplazarse hasta el puerto deportivo Ginesta, ya que la cala se encuentra justo al lado. Desde su arena se pueden contemplar los barcos del puerto. Un paisaje típico de postal.
Un chiringuito con vistas al mar
Pero todavía hay más. Esta pequeña y apacible cala, ideal para pasar un día en familia sin ser molestado por mucha gente, tiene un chiringuito de gran calidad. El Punta Roca es un local con decoración de estilo hawaiano que sirve cócteles, sangrías y tiene una amplia carta con una oferta gastronómica muy veraniega.
En este establecimiento destaca la brasa, perfecta para la carne y los pescados, pero también en el tratamiento de los mariscos y tiene unos arroces que invitan a chuparse los dedos. Se trata de un sitio, pues, donde relajarse y disfrutar de buena bebida y una mejor comida que mezcla lo mejor de la gastronomía catalana con el excelente tratamiento del producto del mar propio de la tradición culinaria japonesa, de la que recogen varias ideas para platos como su falso nigiri de anguila y manzana.