Cualquiera puede recomendar un bar o restaurante de los miles que hay en Barcelona. La capital catalana está llena de lugares que, ya sea por su calidad, sus precios o su variedad, merece ser visitado. Pero cuando te encuentras comiendo a chefs reputados sabes que la cosa ha alcanzado un nuevo nivel.
Y eso es precisamente lo que ocurre cuando alguien pasa por las puertas del Dole Café, un bar ubicado en el barrio de Sarrià donde es habitual ver desayunando a los reputados Hermanos Torres, con tres estrellas Michelin y tres soles Repsol. No solo es habitual verlos, sino que también recomiendan encarecidamente este establecimiento en la Guía Repsol de este año.
Y puede que este no sea un bar de esos centenarios de la capital catalana, pero no le falta en absoluto historia. Fundado en 1974 por Domingo y Leandro (padre e hijo) --de ahí su nombre--, todavía mantiene su esencia 50 años después de su nacimiento. Hoy en día, sin embargo, lo regenta Leandro junto a su hija Míriam.
Las estrellas del local
Este lugar brilla por sus bocadillos y sus tortillas. Uno de los clásicos, el Popeye (jamón ibérico, queso gruyer y espinacas), merece la reverencia de todo aquel que lo prueba. Algo similar pasa con el Blanc i Negre (Butifarra blanca y negra con cebolla caramelizada).
Tortillas, por otra parte, hay para todos los gustos: de patatas, de calabacín y de berenjenas, entre otras. Se pueden pedir en plato o bocadillo.
Y ¿Qué sería de una cafetería sin su café y dulces? El sello de calidad del Dole Café lo pone la gran cafetera que se aprecia en la entrada. Además, la del local bollería es casera a excepción de los croissants, que los traen de la prestigiosa pastelería Sacha, también del distrito de Sarrià Sant Gervasi.