La calle más peculiar de Barcelona conserva pozos y lavaderos del S.XVII. Se trata de Aiguafreda, ubicada en el barrio de Horta. En esta callejuela estrella se encuentra un conjunto de casas pequeñas y antiguas que aún mantienen estas estructuras, las cuales servían para lavar la ropa de la burguesía barcelonesa de la época.
“Industria de las lavanderas de Horta”
Los restos arquitectónicos de estos pozos y lavaderos evocan la histórica “industria de las lavanderas de Horta”, una tradición que data del siglo XVII. En aquella época, la Barcelona amurallada, con su escasez de agua y espacio, llevó a la burguesía a confiar la colada a las lavanderas de Horta.
Este servicio poco a poco se fue incrementando hasta llegar a ochenta pequeñas industrias que los lunes recogían la ropa y la devolvían los sábados después de un amplio proceso de limpieza. Esta práctica que se extendió hasta el principio del siglo XX.
Entrada libre
Aiguafreda es una calle que parece de acceso privado, pero no lo es. Aunque, ojo, esto no nos da derecho a pasear como si fuese el pasillo de casa. Los vecinos que habitan las viviendas de Aiguafreda son tan merecedores de descanso como tú cuando estás en la tuya.