La gastronomía vasca es reconocida a nivel mundial por su riqueza y diversidad, combinando ingredientes frescos y de alta calidad con técnicas culinarias tradicionales y modernas. Platos emblemáticos como el bacalao a la vizcaína, el marmitako, el chuletón de buey y los pintxos reflejan la creatividad y el amor por la comida de los vascos. Además, la región cuenta con numerosos restaurantes galardonados con estrellas Michelin, consolidando su reputación como un destino culinario de primer nivel.

Uno de los aspectos más emblemáticos y celebrados de la gastronomía de Euskadi son los pintxos, pequeñas delicias culinarias que se sirven en bares y tabernas a lo largo de la región. Desde los clásicos hasta creaciones más modernas y vanguardistas, los pintxos ofrecen una experiencia gastronómica única que invita a recorrer de bar en bar, disfrutando de la rica variedad de sabores y texturas.

Gilda, el pintxo por excelencia

Uno de los pintxos clásicos de la gastronomía vasca es la gilda, una sencilla pero sabrosa combinación de aceituna, anchoa y guindilla ensartadas en un palillo. Este icónico pintxo, que captura la esencia de la cocina de Euskadi con su equilibrio de sabores salados, picantes y ácidos, ha trascendido las fronteras regionales y ahora está ganando protagonismo en muchos bares de Barcelona.

Las gildas, el pintxo típico de Euskadi javitrapero / iStock

En la capital catalana, la gilda se ha convertido en una acompañante popular para el vermut, una tradición que mezcla el aperitivo con un momento social relajado y placentero. La versatilidad y el encanto de las gildas las han consolidado como una opción preferida, fusionando lo mejor de la tradición vasca con las costumbres catalanas de tapeo.

Origen

El origen de la gilda se remonta a los años 40 en San Sebastián. Este pintxo clásico nació en el bar donostiarra Casa Vallés, donde un cliente conocido por "Txepetxa", combinó tres ingredientes sencillos pero de intenso sabor: aceitunas, anchoas y guindillas en vinagre. El nombre "gilda" fue una inspiración del popular personaje interpretado por Rita Hayworth en la película homónima de 1946, ya que, al igual que el personaje, el pintxo es "verde, salado y un poco picante". Con el tiempo, la gilda se ha consolidado como uno de los pintxos más representativos de la gastronomía vasca, manteniendo su popularidad por su frescura y sencillez.