La cultura de las patatas bravas en España es un reflejo de la rica tradición gastronómica del país. Este popular plato de tapas, que consiste en trozos de patata frita servidos con una salsa picante de tomate y a menudo acompañados de alioli, es una de las opciones más emblemáticas y queridas en los bares y restaurantes españoles. Originarias de Madrid, las bravas tienen una estrecha relación con la cultura del vermut, formando una pareja perfecta en el ritual del aperitivo. Esta tapa, además de haber conquistado paladares en toda España, también se ha ganado el cariño de los visitantes que viajan hasta España. Un ejemplo de ello son las patatas bravas del restaurante Tomàs de Sarriá de Barcelona.
En un artículo titulado Spain's Hot Potato del periódico The Wall Street Journal colocan las bravas de este establecimiento barcelonés en el primer puesto de su Top5.
Patatas bravas de toda la vida
Las patatas bravas del Tomàs de Sarrià son una de las más famosas de la capital catalana. Cortadas con la irregularidad propia de los cortes hechos a mano, el dorado que ofrece el aceite de oliva y el tiempo perfecto de fritura, sus patatas bravas han sido y son uno de los principales reclamos de sus clientes.