El informe de Evaluación de la calidad del aire 2023 de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) constata que en 2023, el nivel de exposición a dióxido de nitrógeno (NO2) fue el más bajo desde 2018. El documento también apunta que los niveles de media anual de dióxido de nitrógeno (NO2) en la ciudad fueron los mejores de la historia desde que se tienen registros. En términos generales, los niveles de contaminación se acercaron a los de 2020 y 2021.
Durante el año 2023, tanto el NO2 como las partículas PM2,5 se mantuvieron por debajo de los límites legales actuales fijados por la Unión Europea, pero continúan por encima de los niveles establecidos por la OMS.
Impacto negativo sobre la salud
Según ha explicado la teniente Laia Bonet, el impacto sobre la salud atribuible a la contaminación en el periodo 2020-2023 fue un 32% inferior al de los años 2018-2019. A pesar de la mejora, este impacto negativo sobre la salud continúa siendo considerable. Se le atribuyen alrededor del 8% de las muertes (el 13% el 2018-2019), el 36% de los casos de asma infantil (el 51% el 2018- 2019) y el 12% de los casos nuevos de cáncer de pulmón cada año (el 17% el 2018-2019).
Tal como apuntan los informes elaborados por el ASPB, la contaminación del aire es el principal riesgo ambiental para la salud pública, especialmente en las grandes ciudades europeas, como Barcelona. En la capital catalana, los datos del 2023 confirman la bajada de los niveles de NO2 de los últimos años. Este descenso está muy relacionado con la renovación del parque de vehículos y con la reducción del tráfico en la ciudad, según Bonet.
Medidas para reducir la contaminación
El informe concreta algunas recomendaciones para continuar mejorando la calidad del aire y avanzar en la protección de la salud de la ciudadanía. Entre ellas destaca la reducción del tráfico como medida más efectiva. Algunos aspectos como la mejora del transporte público, los desplazamientos de proximidad, el teletrabajo o el fomento de la movilidad activa pueden ayudar a este descenso.